Prólogo.

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El rostro sonrojado de la menor era totalmente un espectáculo para ella, aunque por mantener los ojos cerrados y su atención en sus acciones no la dejaban disfrutar mucho la vista, pero todo valía la pena, Kara esperó toda una eternidad para que este momento caluroso con su omega sea dado que no sabe cual de sus dos cabezas debería usar en esta habitación.

Ella siente el paraíso en sus labios mientras impactaba con su piel suavemente.

El aleteo en el estómago, su vergüenza yendo a un drenaje, al no tener pudor ni razón de que ahorita mismo se hallen en casa de su novia para supuestamente ver una película. A Zor-El no le importaba, solo seguir tomando a su bebé con un estilo de pasión indomable era su preciado lujo del presente.

Pero.

Al parecer se olvidó de que tipo de omega se trata su bebé.

— ¡A-ah! ¡Kara!—chilla la ojiverde al sentir los labios contrarios tomar un rumbo por debajo del mentón, casi en el cuello.—¡Kara!

Oh, vaya.

La alfa para en seco, subiendo la cabeza para verificar no haberle hecho daño a su omega, mirándola tan preocupada como si su alma dependiera de un hilo muy delgado.

— ¿Qué pasa, Lee?—pregunta con un tono sorprendentemente tan suave y alarmado. La mayoría de veces ella describía su voz como una gélida si se trata de usarla con el resto, pero para la morena , le salía dulce y serena.

Kara se queda confundida al momento en que Lena abre lentamente los ojos, mostrando esa figura de un gatito pequeño enojón, tomando contacto visual directo, y luego haciendo un puchero.

— Se supone que veríamos películas...— reprocha en un murmuro con las mejillas sonrosadas, en parte esa sí era la razón. Kara suspira algo aliviada, aunque un poco decepcionada, estaba tan cerca... como las otras treinta y cuatro veces.

Sí, ella las contaba.

— Bueno, al menos solo era eso.—habla para sí misma acomodándose otra vez en el costado de la omega. Hoy no será el día.

Lena deladea su cabeza y toma una bocanada de aire con el propósito de seguir continuando la película de princesas qué se habían dispuesto a ver al principio, sin embargo, esta lanza un dramático grito de horror al visualizar el pase de créditos en un fondo negruzco, cayendo en cuenta que no apretó el cuadradito qué significa "stop" en el momento debido.

— ¡Por culpa de hacer esas cosas raras no vi la parte en donde Tiana se convierte en humana! —lloriquea la omega.—¡Has destruido mi infancia!

Ella regaña y Kara se encoge un poco en su sitio.

— Pero Lee, ya has visto esa película millones de veces, ya te sabes esas partes de derecho y al revés—se intenta excusar la rubia.—, además no es cosa del otro mundo tener se-

Rápidamente, Kara siente una mano en la boca, y de soslayo, una Lena con las mejillas ceñidas de rojo más fuerte de haya visto sosteniendo con sus palmas los labios de la alfa, que arquea una ceja cruzándose de brazos, desorientada.

La rubia abulta los labios aunque su novia no los vea por la mordaza carnal que la cubría, solo con Lena hacía esas acciones bajas, los demás ni en sus sueños atisbaran a una Kara Zor-El con un puchero.

No, no.

— ¿dbije adlgdo mabdo?—intenta hablar bajo la mano que la cubría. La ojiverde niega.— ¿ebntonbcesb nobtebgusbtob?

Lo último suena desanimado. Lena frunce el pequeño ceño levemente, claro que sí le gustaba las sensaciones qué le transmitió la alfa en momentos anteriores. Solo que se trataba de otra cosa, algo como desconfianza.

Estaba segura de que más allá de la vergüenza, Kara creía que se trataba de su inocencia el hecho que la impide llegar a realizar el segundo paso de la relación, ya que sería su primera vez. No obstante, era todo lo contrario, Lena sabía perfectamente conllevar temas sexuales, sabía que esos besos en el cuello qué le ofreció su novia iban a bajar poco a poco hasta llegar ' ahí.

Y a decir verdad, Lena le teme algo a ser... ser "lastimada" en esa zona por la rudeza del momento. El día en que su hermana mayor regresó a casa luego de que esta haya pasado su celo con su pareja, y acompañado de una novedosa marca que representaba el reclamo de un alfa, le forzó a contarle detalles sobre la famosa experiencia.

Incluso si la pobre de su hermana se hallaba ese día muy adolorida, esta no demoró en narrar cada suceso para que la deje descansar. Lena juraba que llegó a explicarle las posiciones que estos tomaron, quedando de acuerdo en que todas eran dolorosas y extrañas, muy excéntricas para su persona.

Niega con la cabeza, sacándose esas ideas.

— Solo quería verla—demanda apagando la pantalla para regresarla en televisión por cable normal. Tira el control por la mesita de su lado y apoya la cabeza por el plano pecho de su alfa, Lena presiente calidez, y los latidos contrarios en su oído.—. Kara...

— ¿Uhm?

— ¿Me amas mucho?—pregunta levantando sus ojos en dirección a la rubia. Zor-El esboza una sonrisa enternecida y le da un beso en la frente con mucho cariño.

— Es obvio que te amo, Lee, tanto que moriría por ti—contesta sin titubear. La omega abre los ojos con demasía y le tira un golpe sonoro en el hombro—. ¡Auch!¿Y eso!?

— ¡Es por decir que morirías por mi! —reprochó.—. Tú no vas a morir Kara, jamás lo harás, es más, eres inmortal, o más te vale serlo o no te vuelvo a hablar en tu vida.

Intenta amenazarla fulminándola con los ojos para luego cruzarse de brazos y la alfa los tuerce con un poco de miedo.

— L-lo qué tu digas, bebé.

Porque sí, Lena a pesar de todo era la bebé de Kara Zor-El. Aunque la rubia se trate de una célebre alfa qué marca pavor en cada paso que da, conllevando todos lo días de su vida una chaqueta tan oscura como describirían todo su corazón, y una fuerza férrea en los campeonatos contra adversarios de la escuela. Ella solo tenía a una omega a quien amar.

Y a quien temerle a veces porque la ama mucho.

𝐒𝐎𝐅𝐓 𝐒𝐄𝐗 (Adaptación Supercorp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora