One.

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Las Vegas, ¡qué enigmática ciudad! La cuna de la vida nocturna donde todo se vale. Desde las drogas o los casinos, hasta los placeres eróticos más inesperados.

Es un inexplicable paraíso en donde el aire huele a Vodka y Ron, y la luz de las mañanas son las sonrisas de las bellezas que lo concurren.

Cada día cientos de mujeres hermosas se dan una escapada en este Edén de millonarios y turistas, algunas solo a disfrutar del placer visual del lugar, unas cuantas más en busca de la suerte dentro de los casinos, y las últimas pues...acaban enredadas en una aventura de placer dentro de un hotel.

Esto es conocido, sin embargo, Izuku Midoriya no imaginaba que acabaría frente a frente en la última situación.

Desnudo.

Con rasguños, rojeces, los labios hinchados y el cabello alborotado.

¡Era tan solo un muchacho virgen que había salido con sus amigos! ¿Cómo pasó de estar aplastado en un sillón de fiesta a pasar la noche con una desconocida?

¡Y vaya chica! ¿Que había hecho anoche con esa persona para que ahora le doliera absolutamente toda la espalda baja y el vientre?

No podía asimilar nada, tenía muchas preguntas rondando su sofocada mente. La principal era ¿Donde carajos estaban Sero, Kirishima, Denki y Todoroki? ¡Ese squad de fuckboys lo habían abandonado!

Dios sepa donde estaban esos cuatro ahora mismo, no tenía de otra más que apañarselas él solo. Era demás decir que había bebido demasiado y ahora no recordaba ni el más mínimo detalle desde que dieron las doce en adelante. ¡Estaba solo en una ciudad que no conoce, en un hotel que tampoco conoce, con secuelas de haber pasado la noche con una chica que mucho menos conoce!

Realmente, sin risas ni bromas ¿cómo había pasado todo esto?

[...]

Era la mañana del día del accidente, sus amigos y él estaban de visita en Las Vegas porque estaban invitados a un social event que no se podían perder.

A decir verdad, los más emocionados eran los demás, él ya tenía en mente el resultado de la noche. Ver a todos divertirse mientras trataba de no pegar los ojos en una silla.

Aun así, salida es salida. No podía quejarse.

Aunque todo se volvió más complicado cuando recogieron a Kaminari de su hotel. Ese chico rubio era un fashion boy que arrastró a todos a una tienda de lujo para comprar nuevos ternos para todos.

No había persona o estilista que lo soportara, simplemente era muy exigente.

-¡Abran paso! ¡Abran paso! Tengo aquí una carga nueva- Tiro a un mueble todo lo que había traído y suspiró -Uff, que ejercicio fue encontrar todo esto, apurense ¡encuentren un terno que les guste!-

Los cinco chicos miraron con expectativa el montón de ropa, Todoroki como buen niño rico eligió un terno clásico y se fue al probador, Sero agarró varias piezas para comparar y Kirishima, que era el más emocionado después de Kaminari, no perdió el tiempo y rebuscó entre la ropa.

-Bro ¿Que tal este?, este terno tiene todo mi feeling- Posó divertidamente mientras ponía el traje sobre él. - Sí, este outfit, es the outfit.

Denki volteó despreocupadamente hasta que vio lo que tenía Eijiro.

- ¡Qué mierda! ¿A que chica te vas a levantar así? Quien en su sano juicio combina naranja y azul. ¡Pareces loco!

- Oye, como que loco, esto es moda infravalorada por la sociedad.

- Que moda , ni que moda, esa cosa es horrible ¡Combinen bien!- recalcó mientras que su cara se oscurecía -Irá medio mundo ¿cómo puedes si quiera pensar en ir así?

- ¿Porque solo yo me llevo el regaño?, Sero combinó rayas y cuadros, eso es aún peor.

- ¡¿Que Sero hizo qué?!

Era más que evidente que ese grito y los siguientes se escucharon hasta el otro lado del océano. Izuku después de ver como se armaba una guerrilla en la habitación solo se dispuso a agarrar un traje al azar y seguir el ejemplo de Todoroki, huir de ahí.

Solo suspiró mientras que salía por el pasillo, sus amigos nunca cambiarían.

Cuando se alejó y llegó a la sala central de la tienda noto que el piso tenía un lindo tapete rojo, con detalles dorados extra finos, ¡Esto exclama glam! cualquiera que lo pisara sentiría en sus venas el lujo y el ego apropiándose de él.

Seguir el plan de Kaminari no fue tan malo del todo, a veces podía comprender un poco su locura, estas tiendas son como una terapia mental.

Al final, sus pensamientos se disolvieron cuando vio a unos metros los probadores, caminó rápido y fue hacia los que estaban vacíos.

Sin embargo, cuando volteo hacia un lado, pudo ver como un chico alto y guapo salía de uno de los ocupados.

Solo pudo pensar una cosa.

¿A este ser lo hizo Afrodita o alguna mierda así?

Los ojos se le fueron a uno de los botones desabrochados de su camisa, esos ojos carmesí hacían juego al implacable negro de su terno y los músculos de sus brazos sobresalían de la tela haciéndolo ver aún mejor.

Joder, otra vez lo hicieron de dudar de su sexualidad.

Tras unos segundos viéndolo embobado, el chico notó su presencia y volteó hacia él.

Cuando se dio cuenta quiso excavar un hueco en el suelo, encerrarse y morirse ahí dentro. ¡Había oído de estas vergüenzas pero sentirlo es otro nivel!

Solo gesticuló una sonrisa rara en su rostro para alivianar la situación y a la velocidad de la luz se metió al probador de un portazo.

Realmente tenía que ponerlo como top anécdotas que lo perturbarían por toda su vida.

Aún así, algo en su interior estaba disconforme luego de esto, él no era así. No era un patético miedoso que no podía entablar bien una conversación. ¡A ver! No era un Kaminari Denki o un Todoroki Shoto, pero tampoco era tan introvertido.

Además.

Ese chico era algo lindo

Con toda su fuerza abrió la puerta del probador y asomó de golpe su cabeza.

- ¡Oye! ¿De casualidad tú?...- dio una pausa de confusión al ver que algo faltaba y comenzó a buscar con los ojos a ese chico- ¡Ay, no me digas qué!-

Así es.

El chico ya se había marchado.





















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