Parte II: Aprendí A Volar

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Anne estaba tan contenta de poder hacer todas las cosas qué las demás hadas podrían. Aunque era una niña aún y había nacido hace solamente 5 meses antes, ya estaba lista para volar.

Josephine no podia creer que su hija era tan valiente y le dijo, “Esta bien, mi amor. Si quieres volar, te llevare a la playa... Y volaremos lejos.”
Anne estaba sentada en su cuarto, tomando té de manzanilla cuando llegó su mejor amiga. Lucia. Lucia era dos años mayor qué ella y era demasiado bonita.

Anne se sentía insegura ante ella pero nunca en mala manera. Solo qué Anne no le gustaba los ojos cafés y tampoco los vestidos. Ella pensaba que nadie le hablaba por su estilo pero no fue por eso. La gente puede ser mala sin razón y tenemos que aceptar que no le vamos a caer bien a todos.

Dándose cuenta de esto, Anne, una hadita chiquita de pelo rosado cálido, y su madre, la hada más respetada de la isla, fueron a una playa de arena azul para aprender a volar.

Las hadas necesitan saber volar para poder ser parte de la sociedad y sentirse libres. Pero algo le preocupaba a Annie, no pensaba que podía hacerlo.
Su mamá le dijo, "Estás bien?" en cuando llegaron a la playa, qué la forma en que llegaron era montadas en una mariposa silvestre de color amarillo, pero oscuro, como la miel.

Anne estaba teniendo un ataque de pánico. Ella le avisó a su mamá que no estaba lista aún. Su mamá, Josephine, así de sabia y cariñosa que era, como madre, abrazo a su pequeña hada y dijo, "No te preocupes, yo estoy aquí."

Josephine le dió un abrazo grande, antes de llevarla a la esquina de una montaña.

La montaña del Valle Azul Celeste.

Su mamá pensó que mirando el horizonte, su pequeña adita talvez alcanzará la confianza para atravesé a cumplir su sueño.

Anne, todavía un poco nerviosa, exclamó, "Si, ya estoy lista, mamá. Solo me dió un poco de nervios pero me acordé de ti y de la luciérnaga que me regalaste cuando papá se murio"

El papá de Anne, que se llamaba Riley, lamentablemente falleció en una terrible tormenta, de granizo y muchísimo viento. Anne tenía apenas 2 semanas de nacimiento y era la primera semana de Mayo. Las hadas son estrictamente avisadas que no pueden volar. Pero era una emergencia ese día, no tenían cerezas ni nueces para comer.

Respirando lentamente y profundamente, se estiró, dió un último suspiro, y sonrió. Anne siempre le ayudaba mucho recordar el espíritu de sus seres queridos para poder tener la valentía para continuar.

Josephine, suspiro, y dijo, "Si, mi amor--- que bueno que sientes el espíritu de tu papá, de las hadas que te cuidaron, y de las que estuvieron."

Y así fue, que desde el valle, con el viento y olor a mar salado, Anne dió un pequeño salto y voló. Voló hasta sentir el aire en sus brazos, los brazos que la llevaban entre las nubes acolchonadas, que les decía bombones. Se fue hasta llegar al árbol con las hojas caídas que le recordaba a su mamá, Josephine, a las cascadas de agua dulce del jardín de rosas.

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⏰ Last updated: Aug 20 ⏰

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UNA HADA QUÉ BAILABA (HISTORIA CORTA) Where stories live. Discover now