–Mi amor, todo saldrá bien, estarás bien. Lo prometo –escuché decir a mamá, aunque su voz era poco comprensible. Mis oídos zumbaban y me sentía en llamas, todo mi cuerpo ardía.
No recuerdo más allá de la imagen de mi madre, sus ojos enrojecidos y sus mejillas empapadas, su cabello despeinado y sus manos frías y temblorosas. Se aferraba a mí pese a que mi cabeza sangraba, no le importó ensuciar el lindo vestido que tenía puesto ese día. Quería salvar a su único hijo. A mí, Kim Taehyung.