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Hay muchos momentos que pueden dejarte marcado. Jungkook tenía los suyos también. Pero había uno en especial que quedaría grabado en él para toda su vida.

El día en que Jimin lo había rechazado.

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Jungkook había intentado hablar con Jimin todo el tiempo después de su presentación, pero nunca había podido hacerlo, sabía que de algún modo el alfa se las había ingeniado para escabullirse de él con su ahora nuevo "amigo".

Estaba perfectamente bien que Jimun tuviera amigos, eso no le molestaba en absoluto, lo que si lo hacía era verlo huir cada que podía.

No entendía que había hecho mal como para que lo evitara, ni siquiera tenían una pelea o discusión, simplemente no se hablan.

Él trató de darle su espacio, tal vez Jimin se sentía confundido por su presentación y todo eso. Tal vez el solo estaba un poco aturdido con las nuevas sensaciones y emociones de su lobo.

No debía ponerse tan intenso con él, por eso respetó su espacio, de verdad que lo hizo. Pero ahora de cierta forma sentía una sensación rara en su pecho, su lobo se sentía ignorado y dolido. Quería volver hablar con él. Lo extrañaba.

Cada día que pasaba analizaba una y otra vez que había hecho mal como para que Jimin lo evitara. Lo miraba siempre en silencio sin tener el valor de acercarse.

¿Y si Jimin en realidad no sentía lo mismo? Su lobo lo regañó al instante, el estaba cien por ciento confiado que sus sentimientos eran mutuos. Lo sentía, debían serlo.

Armándose con la valentía suficiente había decidido ponerle fin a esa angustiosa espera y hablar con Jimin de una vez por todas.

Contaba los minutos viendo el reloj desesperadamente, el sonido de la campana hizo a Jeon levantarse enseguida como una flecha, hizo una mueca al ver que Jimin ya no estaba ahí, había huido de él, otra vez.

No dejó que sus ánimos decayeran y guiándose por su olfato logró captar su aroma. Menta y chocolate. Caminó con una sonrisa hacia los baños.

Abrió la puerta viendo al castaño de espaldas, sus cabellos cubrían su nuca. Jungkook tuvo que tener fuerza de voluntad para no abrazarlo y hundir su cara en él ─Jimin─ saludó por el espejo.

Jimin paró de lavar sus manos, alzó su mirada solo para confirmar lo que ya creía ─Jungkook─ respondió de manera baja.

Escuchar su nombre en los gruesos labios de Jimin se sintió como revivir de nuevo, se sentía bien. Se acercó con entusiasmo esperando que el alfa terminara de lavarse las manos ─¿Podemos hablar?

Vio la espalda de Jimin tensarse, pero contrario a lo que creyó la voz del alfa salió completamente normal ─¿Es importante?─ preguntó viendo al alfa asentir de inmediato aún sonriente ─Está bien, pero no aquí, sígueme─ colgó su mochila sobre sus hombros saliendo de allí sin esperarlo.

Jungkook lo siguió entusiasmado y nervioso. Jimin había aceptado hablar con él. Iba por buen camino. Todo iba a salir bien.

Demasiado cegado por sus sentimientos, Jeon jamás preguntó porque lo había llevado a otro lugar, a uno apartado, donde nadie podía verlos. Escondido del mundo. Escondido de ojos ajenos.

En ese momento nunca se la había pasado por la cabeza analizar ese pequeño detalle. Demasiado entusiasmado como para ver la verdad frente sus ojos.

Jeon miraba curioso el lugar. Jimin lo había llevado al salón del conserje. No hizo preguntas de porqué tenía una copia de llaves, mucho menos preguntó porqué evitaba su mirada, lo único que salió de su boca fue un ─¿Cómo estuvo tu celo?

hater › kookmin. (omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora