Capítulo 2

26 3 2
                                    

Canción: Cinema, Harry Styles

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Canción: Cinema, Harry Styles

  A la mañana siguiente, me levanté antes que todos para hacer el desayuno. Tenía las expectativas muy altas porque sería nuestro primer día oficial para poder hacer lo que quisiéramos.
  No había podido dormir casi nada, mi cabeza solo podía pensar en lo que pasó ayer y en la posibilidad de ver a Sky de nuevo. Tal vez, ese fue el motivo por el cual no había podido dormir del todo bien. Aunque también pensé que se trataba de la emoción por el día que nos esperaba.
  Puse música y comencé a preparar el desayuno para todos. Eran alrededor de las diez de la mañana cuando escuché movimiento en las habitaciones de arriba y supe que ya no era la única despierta.
—¡John, buenos días!
—¿Cómo estás? —se acercó para darme un abrazo rápido— ¿Cómo dormiste?
—Bien, pero no pude dormir mucho, no tenía sueño. —mentí, no quería contarle la verdadera razón de mi insomnio, aunque yo también la desconocía.
—Creo que ayer estaba demasiado cansado porque no recuerdo cuando me quedé dormido.
—Ayer fue un buen día —reflexioné— ¡Pero hoy será mejor! ¿Quieres comer algo? —le pregunté amablemente.
  —Ehh, no por ahora, pero un café no me vendría mal —respondió.
  Le preparé su café, luego John y yo conversamos por un rato y unos minutos más tarde todos los demás comenzaron a bajar para desayunar.
  Katelyn estaba muy emocionada, bajó las escaleras corriendo para darnos las noticias más frescas que acababa de recibir. Ella siempre se enteraba de todo.
—¡No se imaginan! —exclamó agitada— Hoy en la noche hay una gran fiesta en la playa y todo el mundo va a estar ahí. ¡Tenemos que ir!
—No lo sé Kate, esas fiestas siempre terminan en algo malo —dijo  Olivia
—¡Todo el mundo va a estar allí y no podemos faltar nosotros! ¡Tenemos que ir! —Katelyn fingió hacer puchero y juntó las manos como si estuviera rezando para pedir que aceptemos ir a la fiesta.
—Bueno, bien, vayamos, pero es nuestro primer día viviendo solos. No lo arruinemos  —ordenó Alana.
Katelyn festejó y los demás reímos ante su reacción. Ella siempre fue el alma de las fiestas.

  Como era de costumbre, fuimos a la playa. El día estaba un poco más frío que ayer, pero aún así el sol brillaba fuertemente.
  —¿Y si compramos jugos? —preguntó Sam— Los de ayer estaban muy buenos.
—¡Yo puedo ir! —dije apurada. Quería ir por un motivo en especial pero no me sentía capaz de contarle a mis amigos cuál era.
  —Mejor que vaya alguien más, ya fuiste ayer.
  —No, yo puedo ir. En serio. No es un problema
  —Como quieras... —Sam se encogió de hombros, tomó la tabla de surf y se alejó de nosotros.
  —Alana. Ven conmigo.
  Yo sabía porqué quería ir a comprar esos jugos de nuevo y era obvio que Alana también se dio cuenta. Traté de negarlo,  pero era imposible, sabía que quería ir ahí para "accidentalmente" volver a encontrarme  a Sky...
  No sé para qué, pero internamente quería verlo de nuevo...
  Llegamos al puesto, al mismo de la otra vez.
—Lana, ¿puedes pedir tu? Te diré los sabores que pedimos ayer.
—Claro, tú puedes ir a cumplir con tu misión —ella rió y yo la imité.
Mire para todos lados, pero no lograba encontrar a Sky... Luego de esperar un rato, yo ya no tenía esperanzas y los jugos ya estaban listos. Me sentí algo estúpida luego de creer que volvería a ver a Sky DeWitt en esta misma playa, en el mismo lugar. Esas cosas simplemente no suceden.

Al volver, Katelyn volvió a sacar el tema de la fiesta.
—¿Cómo vamos a ir? —pregunto intrigada antes de darle un fuerte sorbo a su licuado.
  —Supongo que en el auto de John. —contestó Juliette—. Es el único que tiene un auto donde entremos todos.
  —Si, si. ¡Pero me refiero a cómo vamos a ir vestidos! —exclamó—  Debemos vernos increíbles. Como ya dije, todo el mundo va a estar ahí.
  Yo no estaba muy convencida de ir a esa fiesta. En esta playa, cosas como esas —las que le gustan a Katelyn y a mis amigos—, no suelen terminar bien, siempre hay una pelea o un drama por el cual algún grupo de adolescentes se muele a golpes con otro. Pero mi grupo y yo tenemos una regla: si no vamos todos, no va nadie. Así que no quería que ellos se la perdieran solo por algún capricho mío de no querer salir.  Solo iba por ellos, y... no, solo por ellos...
Pasamos el día en la playa, hablando de la fiesta, y contándole a Alana sobre nuestras vidas mientras ella estuvo en Londres. Ella decidió ir a pasar un año allí de intercambio. Logró hacerlo por un año, pero vino a pasar el verano a Miami, donde estábamos todos los demás.

El verano perfecto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora