1.Cúmulonimbus

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-¿Estás segura que anunciaron tormenta? No veo la necesidad de ir con todos estos bártulos solo "porsi".

-De verdad Enrique, ¿tanto te cuesta llevar dos cositas más? Si al final no llueve, pues se volverán junto al resto de equipaje y punto.

-Sí, sí, pero de verdad que no entiendo tu manía de exceder los límites de la cautela.

-Si no fuera tan cautelosa, tal vez hoy no estaríamos aquí. Bueno, si realmente lo fuera sabes que no te dejaría hacer este viaje.

Sin dejar de renegar acabaron de embutir los enseres en el maletero y pusieron rumbo a las montañas aladas.

El "Brontonimbus" como lo llamaba ella, por su color azul tormenta, sus rugidos de motor y los años que tenía, no se detuvo hasta pasada la tierra media.

El restaurante de Miguelón, camino de Huesca, era un sitio perfecto para estirar las piernas, tomar algo antes de la siguiente parada y refrescar el gaznate con un buen trago de somontano.

Aina, sumida en una tormenta interior, seguía las conversaciones de Enrique con desgana e intentaba no aparentar su disgusto por lo que sabia que les esperaba al llegar a su destino.

Taletober 2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora