Estaba sosteniendo un amor que no era reciproco, no era su intención seguir en sus fantasías, nunca quiso llegar a la idealización, no quería amarrarse a ella y justificar todos sus pecados, quería que ella lo amará, quería amarla sin medida y condiciones, deseaba hacerle entender, deseaba cambiarla, cuidarla, acompañarla y sanarla.
Involuntariamente los latidos de su corazón seguían siendo para ella, igual que la última vez que le observo bajo aquellos rayos solares, en un atardecer apacible, no quería recordar esa imagen, no quería adorarla como lo hacía, el amor le quemaba, y no entendía porque si todo había sido ficticio. Un breve romance sembrado por él, nutrido a medida que se engañaba a si mismo diciendo que ella le dedicaría un poco de su atención, no fue así, no lo acepto ni lo rechazó, lo que le dejó a la deriva, navegando sin un rumbo especifico, ¿A dónde debería guiarlo esa respuesta? ¿A dónde debería ir a parar? No podía llorar por el rechazo, ni celebrar por la bienvenida, ¿A dónde se iba? ¿Con quién llegaría?
¿Acaso era demasiado estúpido por pensar que habría algo? ¿Por esperar las migajas de un amor no correspondido? Esperaba el momento en que ella se diera cuenta que él podía ser mejor que todos esos idiotas con los que había estado, era aquella opción viable, el chico que cargaba el paraguas antes de la lluvia, la persona que prevenía los conflictos y reparaba el daño, fue paciente, fue amable, la comprendía, sostuvo su mano en los momentos de perdida, le dio las palabras de aliento que ese hombre le había arrebatado, reparo los pedazos que los hombres tomaban sin decirle, y ella no lo notaba, no agradecía, no notaba ni alababa su devoción, porque ¿Quién más se enamoraría de alguien tan rota como ella?
Todo era cuestión de perspectiva, del enfoque, de la boca de quien lo contaba, de las palabras utilizadas y en ninguno de esos escenarios estaba esa alternativa donde ella se enamoraba de él.
Durante años le habían contado la historia de la princesa que deseaba ser rescatada, aquella persona que tenía un enorme amor por ofrecer debido a la valentía del rescatista, ese que se arriesgaba a cruzar obstáculos sin importar su vida con tal de tener a alguien leal a su lado, le habían contado mal, pero él lo creyó porque había estado en su lugar, esperando ser rescatada y amada sin condiciones, porque esa persona que arriesgaría todo por su rescate lo hacía por amor; pero en cambio él decidió ser el príncipe valiente y fuerte, por una mujer que no necesitaba ser rescatada, ella podía rescatarse a sí misma las veces que fuesen necesarias, había tejido una red que la sostuvo en su escape no dependiendo de los rescatadores, entraba y salía de la torre una y otra vez, dando falsas ilusiones de querer ser rescatada, persuadiendo a los rescatistas de que se animaran a hacerlo, y rechazándoles cuando cumplieron la meta, se divertía, gozaba con ello su crueldad era algo que odiaba y amaba, amaba que fuese despiadada con los otros, que sacará dientes y garras alejándolos después de decirles que sí, y odiaba que no pudiera hacerle lo mismo, porque con un no como respuesta, él entendería, pero ella no le dio ni un sí, ni un no, ¿A dónde se movía?
Un No significaba ceder, no avanzar, pero él "Si", significaba vamos a lo siguiente. ¿Un no sé? ¿Qué debía interpretar del silencio? ¿Con que ojos tenía que verla? ¿Amor o desamor? Él necesitaba respuestas claras, porque toda su vida estuvo en ese punto intermedio, no era hombre, no era mujer, no entraba en ninguna categoría, no había dualidad, no podía elegir entre blanco y negro y odiaba estar en el centro, en la parte gris. Se odiaba a sí mismo, odiaba su pasado, odiaba su futuro, parecía que no había lugar para él, ni en casa, ni en el trabajo, ni en el sexo, no podía conseguir pareja, no podía contar la verdad acerca de él.
Por más que tratará ser él, ella aparecía, Kiden, recordándole lo insuficiente que era, aunque aparentará seguridad, él no entraba en esa categoría de él. ¿Qué significaba ser El? ¿Llegar, tomar, destruir? ¿Apropiarse, apoderarse, denigrar? ¿Obligar, someter, escupir? No podía, no podría hacerlo...el estándar para ser considerado "él" estaba siendo demasiado intolerable, ancho, los zapatos eran más grandes de lo que aparentaban.
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La propuesta
Fiksi PenggemarCansada de su vida poco privilegiada, del sufrimiento de su amiga por sus relaciones románticas, de la violencia cotidiana en su entorno y por el constante cuestionamiento acerca de su nula interacción romántica, Sarada Haruno decide aceptar una pro...