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Tal vez fue su culpa por fiarse, o quizás simplemente sus enemigos tenían mejores tácticas últimamente.
Makarov no lo entendía, ¿Cómo carajos esa maldita Task Force lograba decifrar sus planes? No había tenido ningun plan con éxito en las últimas semanas y eso ya le estaba molestando.
—Señor, ya llegamos de la misión. —
Decía uno de los hombres de Makarov, algo mayor y cubierto de sudor. Vladimir al ver que viene solo ya sabía la respuesta, y sin duda alguna esa fue la gota que derramó el vaso.
—Al carajo con todo esto ¿¡Acaso tengo que ir yo personalmente o qué?! ¡Carajo! ¡ya es la quinta vez que les envió y vienen con las manos vacías!—
gritaba enojado mientras golpeaba su escritorio y caminaba hacía su subordinado, mientras este retrocedía asustado le enseñó rápidamente unos papeles con fotos e información.
—No logramos completar la misión pero le traje esto señor... Se que no es lo que deseaba, pero podría tomar algo de venganza, ya sabe... Como en los viejos tiempos. —
Decía mientras le enseñaba los papeles a su jefe, que con enojo le arrebata los papeles y comienza a leerlos, eran unas cordenadas y las imagenes eran una casa, algo grande pero nada del otro mundo, modesta... Tal y como el gusto de su enemigo.
Makarov levanta una ceja al tener una cierta idea.
—¿Para qué me traes esta mierda? No me importa de quien sea esa casa.
Dice a regañadientes mientras lanza esos papeles a su escritorio y vuelve a sentarse en su silla.
—Señor de seguro el debe tener algo en su hogar, algo que el desee tan pronto llegar a su casa, el no siempre va a vivir en esa base militar.
Dice el hombre mientras retrocede un poco al ver como su jefe se le acerca y le empuja de forma abrupta para tomar la perilla de la puerta.
—Al carajo con robar algo de ese imbécil... Quemare ese asqueroso lugar sin importar que reliquias hayan ahí adentro, se va arrepentir de meterse en mi camino como todos aquellos perros que he tenido que matar. —
Dice con desprecio y enojo en su voz mientras gira levemente su cabeza y mira a su subordinado.
—reune a los demás, entre más rápido se haga esto, más rápido el va a estar entretenido buscando donde quedarse y así estará lejos de mi. —
Makarov dice sin más mientras sale de su oficina y su subordinado rápidamente asiente y va detrás de el para adelantarse en busca de los demás soldados, el plan básicamente ya estaba hecho, solo faltaba esperar a la noche para hacer una nueva pesadilla.
Ya era de noche, el plan ya estaba hecho y ya todos estaban a unos metros de la ubicación incluido Makarov, todo iba saliendo de acuerdo al plan, ya tenía algunos de sus hombres asegurando el perímetro, toda la casa estaba con las luces apagadas y el cesped estaba algo alto, sin duda nadie habitaba ese hogar.
Cuando finalmente aparcaron el coche algo alejado del lugar Makarov baja del lugar con un cigarrillo en sus labios y un encendedor en manos. El lugar apestaba a gasolina, significando que tan solo quedaba el último paso.
—Una lástima quemar tan bonita casa, pero... Mi trabajo va primero que cualquier cosa...
Dice Makarov con ese acento ruso tan marcado de el, encendiendo el cigarrillo con su encendedor para darle una calada y tirarlo al suelo, ver como rápidamente el fuego seguía el camino hasta el hogar era algo magnífico, tantos colores rojos y amarillos, no tardo nada en esparcirse por el césped. Makarov simplemente dió la vuelta hasta que escuchó gritos desgarradores y un muy leve llanto.
Los hombres de Makarov se giraron de igual manera mientras escuchaban los gritos implorando ayuda mientras la casa se caía gracias a todo el fuego.
—¿Una mujer? No dejas de impresionarme Price... ¿Pero qué clase de hombre eres al dejar a tu esposa? —
Dice soltando una carcajada pero rápidamente se calla al oír un grito agudo, ese grito no venía de esa mujer.
—¡Mami!—
—Oh... Y al parecer también tu hija.
Dice Makarov algo disgustado, jamás le pareció adecuada la idea de matar niños, decidió acercarse con mera curiosidad hasta que vió la puerta abrirse de forma bruta, solamente podía ver humo y fuego hasta que vio una mujer en llamas sosteniendo a una pequeña envuelta en una sábana y la deja fuera del fuego, para luego desplomarse en el suelo finalmente falleciendo.
El ruso mira la conmovedora escena, una madre salvando a su hijita, que tierno... Una lástima que su padre ande tan ocupado para salvarla.
El pensaba en abandonarla pero ver a la niña toser y ahogarse en el humo mientras trataba de salir de la sábana despertó algo en el... ¿Amor? Nah... Quizás... Curiosidad.
Decidió acercarse hasta tomar a la pequeña en brazos y alejarse del fuego antes que el se quemara, era una niña de apenas un año envuelta en sabanas, su rostro andaba cubierto de humo, así que Makarov con su camisa le limpio el rostro y la observo, era idéntica a Price, piel algo bronceadita, cabello mas oscuro que el de Price y unos ojos negros... Quizás no era tan idéntica a Price, pero esos ojos pequeños cualquiera podría reconocerlos.
Los subordinados de Makarov le miran con curiosidad y asombro, mientras de forma suave lo empujan hasta el vehículo ya que Makarov no se movía, solamente miraba a la pequeña con un rostro sin emoción alguna.
Vladimir al subir al auto miró por última vez la casa en llamas, para nuevamente mirar a la pequeña que daba leves sollozos al estar confundida y sin entender nada, el suspira y oculta a la pequeña en su pecho, mientras le indica a su subordinado que conduzca de nuevo a la base.
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Primer capítulo
Que emoción aaa, espero que esta historia tenga apoyo porque de verdad que la amo! Tengo muchas cosas planeadas para esta historia, si te ha gustado no olvides darme una estrellita💙
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Daughter | Vladimir Makarov
General FictionIncluso los más temidos tienen un punto débil ¿o es todo un plan de años? quizás una venganza, o quizás simplemente un amor paterno "Ella también es mi hija, soy su padre, yo la crié" "Tu jamás podrías ser mi padre, eres más monstruo que el" Vladimi...