maximiliano Corleone

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Los demonios de tu mente

“Joder"

No tenía palabra para describir lo que mi mente no dejaba de reproducir como si de una película se tratase.

Había visto de todo mis treinta años pero no me espantaba ver a una persona momificada, al contrario lo que más me espanto fue ver la cara de Mariana la madre de mis hijos en una persona ya muerta que para más aberración era su tía la hermana de Iván Pankratov.

Y yo pensaba que en mi familia estábamos locos pero ya veía que la herencia de mis hijos por la genética no estaba muy buena que digamos.

Avance por los pasillos de la casa de mariana con mi hombre de confianza Lauro.

— max creo que en el garaje debe haber gasolina— asentí.

Era muy raro cuando Lauro me trataba con un igual y eso solo lo hacía en ocasiones cuando estábamos solo principalmente.

El salió buscando el garaje y yo solo pude volver a la misma habitación donde haye a mariana.

“ carajo”

No dejaba de espantar la similitud de esa mujer postrada en un trono con una corona en la cabeza.

El aire de lo que pensé que era un despacho se sentía extraño.

Mientras más la mirara parecía que la muñeca tenía vida.

Me acerque a ella como cualquier curioso y pude distinguirla mejor, los labios rojo aunque se veia una muñeca era la copia de los pankratova, piel blanca ojos azules como el cielo y cabello rubio platinado.

Creo que sí la hubiera conocido antes sería mi sugarmami.

Eliminé ese mal pensamiento, a los muertos había que respetarlos.

Lo que si ví fue un papel abajo de su palma, no se notaba mucho. Con cautela intenté quitarlo cuando siento unas manos tocarme por detrás.

— con un demonio Lauro– me dió un susto de mierda.

— disculpa max te llamé pero no escuchaste— no dije nada— ya conseguí la gasolina.

Asentí no sin antes arrebatarle la nota a la momia muerta de la tía de mi mujer.

Lauro se encargó de la gasolina y yo de incendiar todo.

Llegue al coche y pude ver la cara de alivio de mariana a ver cómo la casa de sus pesadillas se quemaba por completo.

El camino fue silencioso, nadie abrió la boca y ni podía decirle nada a Mariana por qué no tenía que decirle o aconsejar para el malestar que sabía que estaba viviendo.

No debía ser fácil saber que tu padre era un psicópata asesino con una obsesión con su hermana y hija. Sencillamente no era rápido ni fácil de dirigir.

Llegamos al hotel y podía ver una que otra mirada de reojo que me daba mariana y yo que regresaba a la par.

Cuando llegue a la puerta y la abrí algo no me olió bien.

Se escuchaba gemidos....

“ malparido de Angelo”

— más duro papi– quise ahorcarlo.

Los sonidos era cada vez más fuertes mire a Mariana que ya estaba roja de cólera y no tardo de ir a dónde provenía el ruido.

— ¡¡Que carajo es esto!!— Mariana grito fuerte y claro.

Estaban en la cocina desnudos en la barra follando como conejos.

— Ahhh— pego un grito y un salto del susto aurora tratando de taparse.

No me hieras Tanto.   Aprende Conmigo Vol..1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora