Adicción por tí

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La adicción es tal vez una enfermedad del espíritu.

~Osamu Dazai

Un sol tan hermoso como en verano no se puede comparar con nada en el mundo, y se notaba la fascinación de eso en el joven castaño de ojos marrones profundos, quien miraba la vista desde el balcón de la escuela, parecía estar tranquilo y no apurado por irse, en eso su concentración fue interrumpida por uno de los maestros.

-Osamu, ¿que haces aún aquí? Las clases culminaron hace un par de horas, además tus amigos te están buscando _Dice aquel hombre de cabello oscuro y un poco largo que llegaba a su nuca, el castaño solo cerró los ojos y sonríe mirándolo de vuelta, en su mirada se notaba algo triste, como si algo lo atormentara diariamente aunque el mayor se dió cuenta solo se quedó en silencio para no ser imprudente.

-Lo siento Sensei, me encanta ver la vista de verano -Dice tranquilamente para así enderezarse y estirarse un poco seguido de un bostezo por lo que solo miraba al contrario y tomaba su bolso colgandolo en su hombro- Disculpe las molestias Sensei nos vemos mañana -culmino la frase con una sonrisa por lo que solo comenzó a caminar tranquilamente teniendo una sonrisa más animada recordando el día que era, así que solo miraba a aquel grupo de chicos quienes se acercaban, entre ellos estaban Juinichiro, Naomi, Ryunosuke, Gin y Lucy -Aun siguen aquí -Dice sonriendo algo nervioso mientras veía como se acercaban hacia el.

-Senpai, por fin lo encontramos -Dice el azabache de mechones blancos mirando al contrario el cual se da de cuenta de lo que iban a decir -Nosotros quere-

-No... -Aquella palabras resonó por el pasillo callando a los contrarios que estaban rodeandolos, noto aquel incómodo silencio así que solo sonrió -Les dije que estaría ocupado el día de hoy así que no respuesta es no, lo siento chicos, pero vamos, mañana será otro día -Dice en un tono infantil la cual rodea con sus brazos a los hombros de los hermanos Tanizaki así que solo comenzaba a caminar hablando de cualquier tontería para despistar a los demás, mientras escuchaban sus ideas para lo de esta tarde este solo caminaba con ellos sin decir nada ni opinar nada, estaba pensativo en dos cosas totalmente opuestas los cuales mostraba su felicidad y miedo en su mirada

Llegó el momento de despedirse de sus amigos al pie de su casa, era algo grande pero a la vez daba algo de miedo por las vibras que daba, sus amigos nunca habían entrado pues el castaño inventaba cualquier escusa para que no entrarán, se notaba su nerviosismo pero nadie quiso preguntar y solo se despedían de este

-¡¡¡Bay bay!!! -Dijo animado el chico para así cerrar la reja de su casa y comenzar a caminar por el corto camino de la casa, subía las escaleras de una manera lenta pero sin quitar aquella sonrisa, aunque esta se desvaneció al llegar a la puerta, este cerraba los ojos y escuchaba el sonido del televisor de la sala, solo suspiraba posicionando su mano en la perilla girando la lentamente hasta escuchar el clac de la puerta abriendola con cuidado, este entraba lentamente como si trataba de que alguien no lo escuchara, sin embargo al momento de cerrar la puerta se escuchó el clac de esta y todo quedó en Silencio incluso el ruido del televisor se detuvo, eso no le gustó para nada por lo que escuchaba unas pisadas ir hacia el y su mirada de miedo se intensificó, no se podía mover por más que quisiera

-Muevete... Muevete -se repetía eso una y otra vez hasta que por fin sus pies obedecieron a sus pensamientos y comenzó a correr por las escaleras subiendo como si no hubiera un mañana, su cara de desesperación por llegar a su habitación se notaba mientras que los pasos se duplicaron por un segundo que lo estaba persiguiendo, este llegaba a por fin al pasillo y corría como podía a su habitación, se veía todos los candados que tenía, incluso un panel dactilar pero no logró llegar pues por un segundo, solo por un segundo, aquel ser que tanto temía Dazai lo atrapó, todo se torno oscuro y se escuchaban los gritos de dolor de Dazai, suplicando que se detuviera y pidiendo perdón por alguna razón, al parecer lo habían castigado por llegar a esa hora otra razón que solo ellos dos sabían

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