Había pasado un mes desde lo sucedido, la muerte del jefe de la Port Mafia, o mejor dicho, ex jefe de la Port Mafia, Osamu Dazai. El simple hecho de su muerte impactó mucho en la organización, pero especialmente a alguien, Chuuya Nakahara.
Desde su muerte la mayoría de los trabajadores de la mafia notó cambios en él, Chuuya había tomado el papel de Jefe de la Port Mafia y desde ahí se empezaron a notar las consecuencias de la muerte de Dazai en él.Siempre decía que lo quería matar, ¿pero eso era realmente cierto?, su muerte no favoreció ni un poco a Chuuya, si no todo lo contrario, pues desde ese momento, desde el momento en que Dazai murió, dentro de Chuuya algo cambió, como si hubiera perdido algo en su interior. Día y noche solo recordaba los momentos pasados con Dazai, '¿Por qué deje que el bastardo muriera?' '¿Por qué no pude detenerlo?' '¿¡Por qué me abandonaste?!', esas eran las preguntas que siempre recorrían su mente, preguntándose si en algún momento dejaría de pensar en Dazai.
– Incluso muerto sigues molestando, ¿No es así Dazai? – El tono de la voz de Chuuya se notaba tenso y melancólico, su cuerpo se recostaba en la lápida de su difunto jefe.
– Siempre estuve a tu lado, y jamás pude decirte que sentía realmente... bastardo...– Dijo eso último con una lágrima asomándose por sus ojos mientras arrugaba los puños y los comprimía a tal grado de inclusive enterrarse sus propias uñas.
Chuuya no podía pensar bien, solo quería recuperar lo que había perdido, a quien había perdido... sin pensarlo mucho dio un fuerte golpe contra la parte superior de la lápida donde estaba recostado, eso causo que esta se rompiera y llenará de sangre una parte de ella. Su puño estaba sangrando mientras que él solo se negaba a aceptar la realidad de la muerte de su "amado".– Si tan solo tuviera una segunda oportunidad contigo... te aseguro que no volvería a perderte!– Sus gritos llenaban el aire tan tenso que se percibía allí mismo, ya no podía soportar tal dolor, las lágrimas ya salían libremente de sus ojos y su mano solo sangraba. Chuuya se levantó con algo de pesar y dolor por sus emociones que se encontraban enredadas.
– Creo que después de todo, no tiene sentido que siga así. – Su entrecejo se tenso y las lágrimas pararon, pero sus manos se volvieron nuevamente puños, de un momento a otro había activado su habilidad para terminar con todo de una vez, era la manera más fácil de volver con él, o al menos eso es lo que Chuuya pensaba.
Su habilidad no tardo mucho en consumirlo a él, acababa con todo a su alrededor menos una cosa, la lápida de Dazai. Altero tanto la gravedad que hizo que el mismo espacio y tiempo se vieran afectados, ¿Cómo lo logró?, ni idea, pero de alguna manera Chuuya abrió un portal, como en ese momento no pensaba claramente debido a corrupción, él no tuvo problema alguno en entrar a aquel agujero generado por su propia habilidad.
En cuanto entró, corrupción perdió poder logrando que Chuuya volviera a reaccionar, pero ya muy tarde, pues no sabía qué sucedía ni a donde iba, después de lo que para él fueron solo minutos, cayó en un arbusto causándole algunos cortes menores.– ¿¡Pero qué mierda?! – Fue lo primero que salió de su boca, junto con un poco de sangre, debido a su uso de corrupción, ahora, Chuuya se encontraba herido y débil, eso sin dejar de lado el hecho de que al caer en el arbusto también se hizo cortes. Como pudo se levantó con mucho dolor y empezó a examinar el lugar, parecía que había caído en un parque, empezó a caminar por el lugar dándose cuenta de que era Yokohama, pero algo... ¿Diferente?.
– ¿Cómo llegué aquí?, estaba en la lápida de Da– Su propia frase fue interrumpida por una voz extrañamente familiar, demasiado familiar. – Chibi!!!, mira cuanto crecí en las vacaciones!, te he dejado abajo nuevamente! – Dijo una voz muy alegre que provenía del lado contrario de la calle. Chuuya no lo pensó ni por un segundo, era él, era Dazai, de eso no tenía dudas, se iba a acercar pero pensó que sería peligroso y más si se suponía que Dazai estaba muerto. Prefirió observar de lejos para entender que pasaba.
– Tch!, solo haz crecido 5 centímetros caballa.– Esta vez la persona que hablo no fue Dazai, fue Chuuya, o mejor dicho el Chuuya de aquel universo.
– Aún así es crecer Chibi, que lastima que no lo conozcas – Pudo escuchar las risas provenientes de aquel castaño, era Dazai, pero no era su Dazai.Chuuya se había quedado observando atentamente a aquellos chicos hasta que empezaron a alejarse, cuando notó que ya estaban demasiado lejos optó por regresar al parque a tomar asiento.
– Así que aquí aún te tengo bastardo...– Murmuró entre dientes recostándose en una de las bancas del parque, después de lo que vio se dio cuenta de que era otro universo, era otro Dazai, otro él.
Estaba tan metido en sus pensamientos que ni siquiera se dio cuenta de que estaba sangrando, el uso de corrupción lo había dejado exhausto y con heridas, además de que la caída y el hecho de haber golpeado la lápida de Dazai no eran poco, estaba mal, de las tres formas, mental, emocional y físicamente.
– Me preguntó... si solo yo te perdí...– Sus labios se volvieron temblorosos mientras soltaba nuevamente algunas lágrimas y se frotaba la cabeza. De un momento a otro el llanto cesó remplazado por un pesado silencio. – No... no... no te perdí... por que hay muchas versiones de ti...– Fue lo primero que menciono después de haberse quedado tan callado, tenía razón, había perdido a su versión, a su Dazai, pero eso que importaba, ahora sabía que debía de tener miles o millones de Dazai's... debía de haber uno que pudiera remplazar al suyo.
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"¿𝒀 𝒎𝒊 𝒇𝒊𝒏𝒂𝒍 𝒇𝒆𝒍𝒊𝒛?..."
FanfictionCréditos: La idea de la historia es de: @makosan896 de tiktok.