Lo normal en una amistad ¿cierto? (Bakusquad)[Pausada]

-I-

Todo el squad estaba preparándose para una noche más de sus tantas pijamadas; era lo normal, se habían acostumbrado a dormir todos en un solo espacio, así que solo decidían la habitación y lo demás era pasarla bien.

Esa noche tocaba la habitación de Katsuki, llevaban algunos snacks para hablar un par de horas, pero todos sabían que cuando el reloj diera las 8 todos tendrían que estar en la cama del cenizo para que él pudiera dormir en su horario.

-Bakubro, Ya estamos aquí.

-Trajimos papitas picantes, Bakugou-kun.

La puerta de la habitación se abrió dejando ver a un rubio con su pijama, ya esperaba los gritos, era lo que pasaba siempre, esos chicos no sabían ser silenciosos, no pudo evitar fruncir el ceño.

-Hacen mucho ruido, estúpidos.

-Kacchan que maloo.

El rubio de ojos ambar fue el primero en pasar, tomado de la mano de Kirishima, para poder tomar sus respectivos lugares en el piecero de la cama.

Los otros dos chicos entraron luego para tomar los lados y dejar a Katsuki en medio de ambos; era ya su estilo único de compartir cama, todos se sentía cómodos y cálidos.

Aveces rotaban y Denki y Kirishima dormían a los lados; pero Bakugou no, ese era su lugar, ni un terremoto haría que Katsuki Bakugou fuera algo más que la cuchara del centro.

Porque Katsuki tenía algo que fascinaba, su pecho cálido era reconfortante para todo el squad, desde la primera vez esa había sido designada la almohada de los 4 chicos.

Y vaya almohada, porque si tenían suerte y Bakugou estaba de buen humor, incluso podías recibir algunos cariños en la cabeza de su parte.

Ojalá su pecho fuera lo suficientemente grande para que los 3 chicos y la chica pudieran dormir ahí; por ahora, les gustaba compartir.

Dos toques a su puerta despertaron al rubio cenizo, era el que tenía el sueño más ligero, obviamente esos estúpidos no se levantaría ni aunque un misil explotara junto a ellos.

-Nerd de mierda ¿Qué diablos quieres?

-¡Kacchan! Buenos días, despertaba a todos para desayunar, saben que si no bajan pronto, seguro se quedan sin comida...

-Bien, lo que sea ¿Viniste a esa mierda?

-Y a preguntar por los demás, no los veo en sus habitaciones...

La vista del pecoso fue dentro de la habitación, analizando aquella imagen, su cara se puso roja para bajar su mirada al suelo.

-¿Por... Por qué Ashido-san está desnuda?

-Se desviste dormida ¿Cuál es el problema?

-¡N-NO ES NORMAL QUE UNA CHICA ESTÉ DESNUDA RODEADA DE 4 CHICOS!

-¿A ti qué mierda te importa? Es lo normal en una amistad.

-¡Cla-claro que no Kacchan! Es muy poco apropiado...

-¿Qué estupidez dices? Vete al demonio, ya bajaremos a desayunar.

Y un fuerte portazo hizo que el peliteñido saltara de la cama, llevándose al otro rubio consigo.

-¡Bakubro! ¿Qué pasó?

-Kacchaan es tempranoo...

Y su cabeza volvió a caer en el pecho del pelirrojo para seguir durmiendo, realmente esos idiotas eran unos perezoso.

-El nerd de mierda dice que ya es hora de desayunar, despierten rápido.

Mientras decía eso se sacó su camiseta de dormir, se acercó a su cama y sentó a la única chica en la orilla de esta; esta era la rutina cada día.

-Bakugou-kun... Quiero dormir más...

-Deja de comportarte como una jodida niña y sube tus brazos.

La peli rosa, como cada día, subió sus brazos, dejándose arropar por la ropa ajena; aún tenía los ojos cerrados, pero aún así movió su mano hasta sentir el pecho del último en la cama.

-Sero-kun, despierta uhh rápido, quiero desayuno.

-No pienso abrir mis ojos hasta que Kaminari esté despierto.

-¿Qué dices bro... Estoy totalmente despier... DESPIERTO.

Se sabía que Denki sería una odisea al momento de despertar y aún así lo intentaban, pero al final Sero era el que terminaba llevandolo hasta el comedor.

-Esta vez no, él tiene que caminar solo, o que lo lleve otro.

-Tambien podemos dejarlo aquí, seguro se las arregla sin desayunar.

Y en un dos por tres, el rubio eléctrico levantó la cabeza del pecho ajeno, encontrándose con 4 sonrisas divertidas frente a él, lo habían engañado, y su hambre lo había traicionado, no podía quedarse sin desayunar.

-Los odio.

-Nosotros también te amamos Denki-kun.

-No hables por mí, alien, yo sí lo odio.

El grupo, luego de reírse un poco, salió de la habitación del chico cenizo, ese era la rutina de cada día, y ellos disfrutan eso, aunque alguno no lo vaya a admitir.

Era lo normal en esa amistad, y en cualquier otra ¿Cierto?