El luto de un ser vivo

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En algún lado escuché que hay lutos que a veces no superamos y que se convierten en un recuerdo constante en nuestra memoria.

El luto no solo es la perdida física de un ser querido, el luto también es perder a seres queridos en vida y este es más jodido de manejar.

Cuando una persona fallece, nuestro cerebro sabe que ya no está, que no lo veremos más y que no volveremos a conversar y esto de alguna manera nos ayuda a llevar el proceso un poco mejor, pero cuando esta persona está viva se vuelve un poco más difícil, porque sabes que existe, está a tan solo un mensaje de texto, a tan solo una llamada y tienes la oportunidad de escucharla y saber cómo está, pero no puedes hacerlo,

Tomas tu teléfono ves su número de contacto y te quedas mirando la pantalla, pensando en que no quieres sentirte una molestia para esa persona, en que no quieres nunca más sentirte rechazado o excluido de su vida, así que con la poca dignidad que tienes sueltas el teléfono y te contienes de contactarlo. Duele, si, pero es lo mejor que puedes hacer por tí y tu salud mental.

A veces tenemos miedo al rechazo, a sentirnos excluidos e incluso ignorados por las personas que queremos, pero hay que saber entender que cada acción es individual, esa persona ha tomado decisiones en su vida y tenerte fuera de ella es algo que no debes juzgar.

Cada persona de cierta manera busca su comodidad, su zona de confort en aquellas personas de las que desea rodearse por millones de razones, bien sea por salud mental o por afinidad, el compartir estilo de vida, manera de pensar o un pasado no significa que esa persona se quedará en tu vida para siempre

Duele, pero las personas vuelan hasta encontrar su lugar feliz, se sienten presionadas cuando tienen que forzar un vínculo que ya no existe y eso es algo que debes aceptar.

Los vínculos no se obligan, los vínculos pueden romperse, congelarse e incluso desecharse si una de las dos personas no se siente cómoda y eso está bien.

La lealtad debe ser contigo, serte fiel, quererte tanto que no necesites rogarle atención a nadie más, recuerda el dicho.
Solos venimos al mundo y solos morimos

Así sean la 1:38 de la madrugada en medio de tu insomnio permítete sentir, abraza tu dolor y seca tus lágrimas.
Mañana será otro día

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