Mío

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Acababan de recibir un premio más; llegaban de la gala a casa cansados y fastidiados por el gentío, se habían divertido, sí, pero también habían tenido que fingir muchas sonrisas y comentarios triviales o repetitivos, soportar a uno que otro "gracioso" hacer bromas sobre ellos o reporteros por demás metiches, tercos en querer obtener algo jugoso y muy personal.

Un tema repetitivo era el pasado hétero de Zhan, y Yibo ya estaba harto de eso, más, porque hoy había visto a Zhan mirar a una chica y seguirla inconscientemente con la mirada, nunca había sucedido eso, Zhan siempre trataba de tomar distancia de las mujeres a su derredor, pero eso había sido tan natural, que Yibo se sorprendió y más allá de enojarse, sintió dolor, nunca lo había visto portarse como hétero, no había tenido "oportunidad" de ello antes de que se conocieran formalmente o muy al principio cuando comenzaron a tratarse. Él lo sabía, él había padecido al inicio por esa razón, pero había ganado su corazón más allá de su preferencia sexual y eso hacía especial lo que los unía, porque el amor era real, ellos amaban a la persona por ella misma. Entonces ¿qué sucedía? ¿sería alguien del pasado de Zhan?. Yibo quería saber pero no se atrevía a preguntar, tenía miedo de la respuesta, fuera cual fuera, sabía que le dolería.

—Tomaré una ducha antes de dormir —dijo Zhan dirigiéndose a la habitación.

Yibo salió al balcón con una botella y un vaso a pesar de lo fría que era la noche, sentía que las paredes lo aplastaban, no podía estar adentro.  Para cuando Zhan terminó, él ya llevaba cinco o seis vasos de whiskey, sus ojos cada vez se veían más llorosos y no sentía el frío viento que había comenzado a soplar.

Zhan salió del baño secándose el cabello, lo buscó con la mirada por la habitación y le extraño no verlo recostado mirando algún partido, salió a la estancia y vio la cortina levantarse por el aire y una silueta recargada en el barandal mirando al cielo como si quisiera volar.

—¡Yibo! ¿qué haces, por qué abriste la puerta está helando! —dijo saliendo a su encuentro.  Notó la botella casi vacía sobre la mesita y el vaso lleno en la mano de Yibo ya enrojecida por el frío.

—Entra, te estás enfriando —le dijo tomándolo del brazo desde atrás— Yibo, te estoy hablando, entra ya.

Yibo giró y lo jaló hacia él besándolo intensamente, su cara se sentía helada, trató se soltarse, pero el abrazo era muy fuerte y el beso cada vez más intenso, Zhan podía saborear el whiskey como si él mismo lo estuviera bebiendo.

—No me dejas respirar —dijo apenas pudiéndose liberar un poco de su boca, solo para ser silenciado nuevamente con una mordida— ¡Yibo me lastimas! —Forcejeo inútilmente.

Los ojos de Yibo brillan intensamente y cada vez estaban más llorosos. Bebió de un trago el vaso que aún sostenía y lo dejó caer, alzó a Zhan en brazos y lo llevó a la habitación cerrándola de una patada casi aventando a Zhan sobre la cama y lanzándose sobre él, parecía que había sacado fuerzas del alcohol, él siempre había sido intenso, pero esta vez se sentía distinto, nunca lastimaría a Zhan pero ahora no se reprimía en lo más mínimo, deseaba hacerlo suyo hasta el último milímetro, que sintiera que era suyo en su pensamiento, suyo en su corazón, suyo en su espíritu, suyo en su cuerpo, sólo suyo.

Comenzó a arrancar la ropa de Zhan mientras lo besaba, mordía y lamía en la boca, cuello, hombros, bajó por su pecho sin dejar un sólo lugar sin tocar, chupaba su blanca piel dejando huellas en ella.

—Yibo me haces daño —le dijo Zhan empujándolo de los hombros para levantarlo, pero era inútil.

Le tomó de la muñeca y puso sobre su pecho apoyándose para que no se  soltara mientras seguía bajando por su torso, con su mano libre bajó de un tirón la pijama corta que lo separaba del resto del anhelado cuerpo de su amor metiéndolo de inmediato dentro de su boca.

La noche de la gala Donde viven las historias. Descúbrelo ahora