Juventud, divino tesoro,
ya te me vas, sin ansia de volver;
cuando he de llorar, no lloro,
y a veces, lloro sin querer.Virtud, belleza y decoro,
adornos de su faz, que ansío ver;
cuando quiero olvidar la adoro,
y siempre me pierdo en su ser...Amorío dulce, plenilunico deseo,
haz que vivir rehuse, ven con Morfeo:
pues tu sonrisa esboza promesa,
eterna, dichosa; reina, no princesa
en tu mundo de Oz, ni ensoñada
en la esclavitud sin voz de Alicia la aletargada;
de alma Iliada, y sobre el cuello una hoz.
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