Oh porque ... nagi que se corre hasta que físicamente no puede más cuando se está masturbando.
Con una mano se tocaba los pezones bajo la ajustada camisa negra que no se había molestado en quitarse y con la otra se metía el puño en la polla cubierta de capas de semen caliente y precum que ensuciaban la palma de la mano con su viscosidad.
las mejillas de seishiro se tiñen de rosa por el esfuerzo, el sudor se le acumula en el nacimiento del pelo como joyas en un collar mientras su espalda se arquea sobre la cama y sus caderas se elevan con fluidos y constantes empujones en su puño cerrado. solo se esfuerza por las cosas que quiere, y lo que quiere es un orgasmo. mas de uno.
Pobre sei, todo frustrado porque no parara hasta que este satisfecho o hasta que el ardor de la frustracion por no tenerte con el deje de existir.
Mete la cara en su hombro, los labios mohínos y mordidos hasta que son un tono más oscuro que el rosa que suelen ser ─ nagi pasa el pulgar de un lado a otro, de un lado a otro por la punta sórdida de la cabeza de su polla roja y enfadada, igual que harías tú. es una sensación agradable, sobre todo cuando es tan sensible.
Hace que sus pestañas revoloteen contra su camisa y que un gemido impaciente resuene en lo más profundo de su garganta porque te necesita, te echa de menos.
Todo está demasiado caliente, su polla entre su palo y sus muslos cubiertos de brillante semen. la piel de nagi al tacto. El aire contaminado de sexo de la habitación.
para refrescarse, sei se coge la camiseta entre hileras de dientes blancos como perlas que se aprietan para contener sus gemidos y si cierra los ojos lo bastante fuerte ─ puede usar la húmeda palmada de su mano alrededor de su dolorida y crispada polla para imaginársela encima de él y cabalgándole como a él le gusta...
Se imagina el chirrido de tu precioso coño a su alrededor, apretándose como lo harías tú cuando te hundes en su grueso y largo tronco. Empieza lento y perezoso, pero cuanto más te imagina Nagi rebotando en su regazo, girando tu clítoris al ritmo de sus gemidos y quejidos, más se acelera.
golpeando sin piedad su propio puño, enviando gotas de su precum y restos de sus preciosos orgasmos volando por el lugar y ensuciando sus sábanas.
──ngh...hah, ángel, por favor. Por favor.──jadea sin dirigirse a nadie en particular, utilizando el velo de la oscuridad que le rodea para imaginárselo mejor.
Hay un ardor abrasador en la parte baja de la columna vertebral de seishiro, como si estuviera a punto de reventar de nuevo, y sus muslos se separan por instinto como si quisieran hacer sitio para todo, su segunda mano se dispara entre ellos para apretar y tirar de sus grandes pelotas de criador.
Te desea tanto que le hace llorar mientras hace rodar sus caderas cada vez más alto.
──Haz que me corra. Haz que me corra... ¡por favor!.──
Nagi susurra tu nombre en la noche, sus caderas tartamudean mientras la cuerda que retiene su liberación se rompe en su bajo vientre. los ojos grisáceos y marrones giran hacia su cráneo mientras babea impotente por su boca balbuceante.
Uno, dos, tres... da unas cuantas sacudidas más a su dolorida polla, cuerdas de blanco caliente se disparan sobre sus abdominales relucientes y su pecho lechoso, filtrándose en su piel salada.
Nagi está mareado, se ha corrido, ¿cuántas? ¿tres o cuatro veces ya? ha perdido la cuenta, está demasiado cansado, pero sigue sin ser suficiente para deshacerse de la ardiente necesidad que siente por ti.
Se produce un desorden tras otro cuando Seishiro vuelve a ponerse en marcha, masturbándose lánguidamente con movimientos fácilmente guiados por el lubricante resbaladizo de su último orgasmo.
Esta vez piensa en ti limpiándole, chupando las marcas de los moratones contra la carne cremosa de sus gruesos muslos, donde sólo él puede verlas.
Prácticamente puede oír cómo le das arcadas, cómo escupes, cómo palmas lo que no puedes tragar con tus delicados deditos mientras gimes a su alrededor. esto pone a nagi contra la pared.
Se sonroja y llora, se acaricia con fuerza y rapidez y siente que se le va a caer la mano... pero ya casi está. la dopamina se dispara por su cerebro cuando sei te imagina tragándote su corrida, cómo gimoteas a su alrededor, cómo te quejas de lo mucho que se corre aunque los dos sepan que les gusta...
Sin darse cuenta, sus dedos vuelven a acelerarse, el pulgar rodea su punta con movimientos apretados. Cambia a usar ambas manos en lugar de una sola, follando salvajemente dentro de su coño improvisado como si fuera tuyo o tu boca.
Lágrimas calientes recorren las mejillas de seishiro por el cansancio y la frustración, pero esto será todo. esto será lo que sedará su hambre.
──Oh, joder. ──nagi ahoga temblorosamente un sollozo, apretándose alrededor de su propia polla regordeta, mojándose los labios, retorciéndose contra las sábanas mojadas y las mantas de abajo.
Sus caderas tienen una mente propia mientras persiguen desesperadamente su subidón como lo haría después de un gol en el campo y antes de que nagi se dé cuenta. se está corriendo una vez más. Un éxtasis cegador recorre su cuerpo en grandes olas, ahogándolo, sofocándolo.
Siente que no puede respirar como si le hubieras robado todo el aire de sus pulmones. La sangre corre por los oídos de sei y sacude todo su cuerpo en un ataque de temblores.
Se corre tan fuerte, brillante y maravillosamente ─ su gran corrida golpea su cara y cae hasta su pecho agitado mientras jadea y vuelve a bajar. sabe que no podrá permanecer consciente durante mucho más tiempo, cogiendo a ciegas su teléfono con las manos desordenadas para sacar fotos de su polla destrozada y su cara sonrojada para enviártelas.
sei baby ♡ - 10:45PM: vino tanto por ti ángel. vuelve a casa pronto
sei baby ♡ - 10:47PM: (2 attachments.png)
De hecho, el orgasmo de nagi y las réplicas del mismo son tan grandes que literalmente se desmaya después de enviarte mensajes, cediendo a su cansancio. por fin puede relajarse.
Y cuando vuelve en sí, tú estás allí, vestida con su ropa, limpiando los puntos sensibles de nagi y todo su desorden con un paño húmedo con tanta ternura, una sonrisa orgullosa en tu cara mientras le peinas hacia atrás el pelo sudoroso y blanco como la nieve.
──Lo has hecho muy bien por mí, sei..──susurras, besando sus mejillas manchadas de lágrimas como si fuera a hacerse añicos si lo haces. ──Vuelve a dormir. ──
──mngh... gracias, te quiero ángel...──dice antes de quedarse dormido.
──Yo también te quiero, mi chico guapo.──
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
