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Ser consciente de que está en una relación con Satoru es, sorprendentemente, fácil de sobrellevar y actuar en consecuencia.

Por supuesto, ahora nota cosas que antes no. Como los toques sutiles pero llenos de afecto que Satoru le da ahora con más frecuencia, que no es que no hubieran de esos antes, pero ahora tienen más significado, también puede notar con más frecuencia la forma en que su nombre sale de los labios de Satoru. A veces, su nombre todavía sale como si Satoru se estuviera burlando de él, pero la mayoría del tiempo, la voz de Satoru, suave y melodiosa, como una caricia a una manta muy suave, pronuncia su nombre con tanta vehemencia que Suguru no puede evitar reprocharse a sí mismo por no darse cuenta antes.

La dinámica de su relación no cambió, seguían siendo Satoru y Suguru.

Sí, quizá ahora Suguru trataba de darle más atenciones a Satoru, como caricias en el pelo o roces sutiles de sus manos, pero seguían siendo ellos. Sólo ellos dos.

Él que su relación no haya tenido ningún cambio facilitó las cosas para Suguru, pero también abrieron nuevas inquietudes. Satoru no había intentado nada hasta ahora para dar otro paso en su relación, así que, ¿debería hacerlo él?

Es decir, Satoru no ha intentado nada en absoluto, lo máximo que ha llegado a sido entrelazar su dedo meñique con el de Suguru y eso es todo. Si debía de ser sincero consigo mismo, Suguru no puede creer que Satoru sea... tan tímido.

Para todos los demás, el albino derrocha confianza por donde quiera que vaya. Su voz segura y fuerte. Su porte, cuando no actuaba como un mocoso de primaria, era impecable. Elegante en los momentos en que mantenía la boca cerrada. Satoru sabía que era atractivo y actuaba en base a ello, sacudiendo su cabello para que luciera más desordenado, descubriendo solo por unos seguros sus ojos azules que parecían albergar miles de tonos de distintos, usando ropa que hace resaltar sus rasgos. Él, para todos los demás, era y es alguien con voluntad inquebrantable, lleno de confianza y seguro de sí mismo.

Y, es decir, lo es. Cuando no se trata de relaciones amorosas, al menos.

Cuando se trata de relaciones amorosas, Satoru se comporta bastante como un novio de manita sudada y es, en opinión de Suguru, sumamente adorable. Después de todo, cuando conoció a Satoru descubrió que él tenía un conocimiento nulo acerca de las interacciones en general, así que no es sorpresa que no pueda expresarse como quiere.

Sin embargo lo hizo ponerse a pensar. ¿Satoru no da otro paso porque aún no está listo? ¿O es que Satoru tiene miedo de? ¿Cree que Suguru no quiere? ¿Estará esperando que Suguru haga un movimiento?

De ser así, Satoru esperaría sentado. No es que Suguru no quiera (en realidad, ahora que lo piensa, debería no quererlo, después de todo esta siguiendo el juego con todo el asunto de la relación) sino que no quiere incomodar a Satoru. Suguru sabe que todo esto es totalmente nuevo para él y no quiere imponer algo con lo que Satoru no estaría cómodo, arruinando así su relación.

-Suguru~

Suguru parpadea repetidas veces para alejarse de sus pensamientos y se encontró con los ojos azules de Satoru clavados en su rostro.

El albino estaba a un lado de su cama inclinado sobre él, aún si Satoru llevaba sus ojos cubiertos por las gafas Suguru estaba completamente seguro de que lo estaba mirando fijamente.

Sus cejas se alzaron y miró a Satoru con somnolencia.

-Mamá debe dejar de darte permiso para entrar. -murmura, cerrando los ojos una vez más.

-Ah. Ella no me dio permiso.

Los ojos de Suguru se abrieron otra vez, el sueño lo abandonó y giró su cabeza para ver la ventana de su habitación que estaba semiabierta. Lentamente volvió a girar su cabeza para mirar a Satoru quién ahora sonreía engreídamente.

¿Satoru y yo..?  | SATOSUGU.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora