Capitulo 13 (Nuevo)

1.7K 86 4
                                    

Capítulo 13



Tomó sus cosas, los papeles que creía importante y apagando su computador caminó con pasos seguros fuera de la empresa. Todo lo hizo en compañía de su jefe, por primera vez parecía que trabajarían juntos y eso era bueno, supuso.
Dimitri mantuvo la boca cerrada durante el trayecto hasta su piso y Maya por su lado ojeaba los documentos que Marcelo le había facilitado hace unos días y sorprendentemente ella ni un vistazo les había dado, últimamente estaba igual de desinteresada en el trabajo que su jefe.
Al llegar al lugar la pareja un tanto distante subía en el ascensor del edificio mientras que un hombre uniformado tomaba las llaves del auto para estacionarlo, un impresionante rascacielos de lujo en una de las calles de Los Angeles. Al salir del ascensor en la última planta, Maya se fijó en que sólo había cuatro puertas en cada pasillo el cual estaba cubierto por alfombras y enormes lámparas colgantes.
«Estos pisos tienen que ser enormes» pensó luego de que Dimitri abriera la puerta y la invitara a pasar. Su piso tenía cristaleras que iban del suelo al techo, cubiertas por unas impresionantes cortinas en tonos azul oscuro. Desde los ventanales se veía la hermosa ciudad. Los suelos eran de madera oscura, adornados con algunas alfombras en los pasillos, y las paredes estaban pintadas de un color grisáceo.

Los muebles del salón eran enormes hechos a medida al parecer y contrastaban perfectamente con el comedor, a un lado de la ventana destacaba un gran sofá de cuero color negro, el cual Maya imaginó sin querer el escenario de él sentado observando la ciudad con tranquilidad. En el centro había una chimenea, eso la hizo sonreír, en su casa nunca llegó a ver una más que en las películas, esa funcionaba a gas y encima de ella, en vez de un cuadro, había un televisor de plasma.
También el hecho de ver tantas obras detallando el lugar la dejó levemente aturdida, había demasiado dinero invertido solamente en decoración.

—Ponte cómoda. —dijo una vez llegando a su lado. —Iré a tomarme una ducha rápida antes de empezar.

El azul de sus ojos contrastaba con la fría decoración. Definitivamente no había nada en ese departamento que no gritara Dimitri por todos lados.
Sin esperar más tomó asiento en el amplió comedor a la espera de su jefe y colocando sus cosas encima de la mesa intentó estar cómoda, pero no podía. Todo el espacio cargaba una vibra demasiado pesada para tranquilizarla.
Esperó, media hora y luego una larga hora, nada. Él aún no volvía y estaba más que claro que ella no iría en su búsqueda.
Suspiró pesadamente para luego con pasos firmes caminar al sillón que le había encantado al llegar. Con cuidado se quitó los zapatos para estar más cómoda, tal como él se lo había dicho y viendo la hermosa ciudad a través del ventanal sin darse cuenta se quedó dormida.

No supo cuánto tiempo paso hasta que abrió los ojos con lentitud y se encontró con los de él mirándola con una sonrisa indescriptible, a decir verdad.

—Me dormí de igual manera. —dijo como si de un niño se tratara. Tenía el cabello mojado y el olor a jabón inundaba el ambiente.

—También yo. —respondió ella inhalando el aroma disimuladamente.

Dimitri se encontraba arrodillado a un lado del sofá, con ojos suplicantes a la vez que cansados meditando entre hacer o no lo que se le estaba pasando por la cabeza.

—No he tenido una buena semana. —soltó con cansancio en su voz, y a Maya ese gesto le pareció un grito pidiéndole ayuda desesperadamente.

Despegó su espalda del sofá para acercar su rostro más cerca a de él, oliendo con mucha más claridad su piel recién aseada.

—Se nota un poco. —dijo en un susurro a la vez que Dimitri miraba sus labios sin disimular.

—Lo siento. —dijo el luego de levantar su mano y dejar una caricia lenta en su mejilla.

Punto débil © (Nueva Versión)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora