Capitulo 79

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—Maldita sea, ¿cuánto piensa durar está maldita tormenta? —Se quejó André.

—No lo sé, viejo. Es extraño, no había llovido así en mucho tiempo. —Dijo Robert.

*Relámpago*

—Maldición... Es como si los dioses estuvieran molestos por lo que sucedió. —André estaba sorprendido por los enormes rayos que parecían resquebrajar el cielo—. Dime, ¿Crees que exigen la cabeza de Elliot?

Robert levantó los hombros.

—No lo sé, yo solo me preocupo por Arthur. Ya ha pasado un mes y nadie lo ha visto.

Ambos se dieron media vuelta y se encontraron con Liliana cabizbaja, calentándose así misma en el fuego de la forja. Cuando sintió la mirada de los dos hombres, los miró por un segundo antes de ignorarlos.

—¿Está bien, princesa? —Preguntó Robert.

—No lo sé... Me preocupa Arthur... ¿Creen que esté bien?

—No, no lo está. —Dijo André.

André suspiró y decidió continuar trabajando, no había tormenta ni catástrofe natural capaz de detenerlo de hacer sus cosas.

—Sabemos que está comiendo al menos y que está encerrado en el sótano de su mansión, físicamente puede estar sano, pero mentalmente es otra cosa.

André comenzó a martillar lo que intentaba ser un sable al rojo vivo, pronto se convertiría en un arma decente y, con un poco de suerte, arrebatará alguna vida.

—Por lo que sé Arthur es de los que se preocupan por los demás, más que por sí mismo, da igual si por conveniencia, necesidad o lo que sea. Lastimaron a su esposa en su día más especial y la privaron de su derecho a dar a Luz. —André se detuvo y señaló a Liliana con su martillo—. Tú no lo viste, pero mucha gente presenció cómo le arrancó la cabeza a un hombre con sus propias manos.

—Todavía recuerdo su rostro cuando lo hizo. No solo había furia, quería hacerlo, sabía lo que estaba haciendo y eso aún no lo detuvo. —Dijo Robert.

Él suspiró y se giró hacia Liliana.

—Muy pocos de nosotros estuvimos cuando Arthur apenas comenzó a construir este lugar, sabemos muy bien de lo que es capaz de hacer mucho más que cualquier otro. Él no solo es el líder bueno y amable que tú conoces, princesa. Arthur puede llegar a ser cruel y despiadado si así lo quiere, y si algo no tiene Arthur es piedad con sus enemigos. Pero es listo de verdad, conseguirá su venganza y ni siquiera la corona podrá evitarlo.

André asintió con la cabeza, Liliana se quedó pensando por varios segundos.

—Ese tal Elliot tendrá suerte si Arthur solo decide matarlo... —Mencionó André observando el metal caliente antes de continuar golpeándolo.

*Relámpago*

...

En la habitación principal, Adela seguía en cama acompañada por Miri, debido a las fuertes tormentas  últimamente, ella decidió mudarse aquí temporalmente para cuidar mejor de Adela.

Ambas estaban preocupadas, pero Adela lo estaba más, no había visto a su amado desde que desapareció, se sentía sola y abandonada, incluso pensaba que Arthur ya no la quería.

—¿Cuánto ha pasado ya? ¿Unas tres semanas? ¿Mes y medio? —Preguntó Adela—. ¿Por qué se niega a verme cuando más lo necesito?

—Tranquila, Adela. Yo sé que Arthur aún te quiere, quizás solo... Está ocupado... Haciendo que sabe que cosa. —Dijo Miri intentando animarla.

Rey De Reyes - Volumen 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora