N.A: Hola! Un nuevo capítulo de la historia, quizás puedan notar algunas cosas del OS a partir de aquí...los leo en comentarios, saludos!
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Habían pasado algunas semanas desde que despertó en San Mungo y parecía estar un poco más ambientada a las cosas que se perdió, aceptando cuando su madre le entregó personalmente su carta de Hogwarts con la lista de todas las cosas que necesitaría comprar y sólo había un lugar para hacerlo.
El callejón Diagon estaba tan repleto de familias como podía esperarse al comenzar un nuevo año escolar, algunos regresaban y otros que iniciaban su primer año, tenían el objetivo de comprar todo lo que estuviera en la lista, así como algunas cosas que veían y deseaban los jóvenes.
Así que mientras la marea se movía de un lado al otro sin prestar mucha atención a nada, salvo por un pequeño niño rubio que se encontraba probándose túnicas e intentando ignorar los pinchazos de la aguja hasta que su mirada se centró en la ventana del lugar sonriendo con algo de maldad al ver una niña deteniéndose.
- Mira mamá las cicatrices de esa niña – se rio mirando a su madre – son realmente horribles
- ¿Qué niña, cariño? – vio que señalaba a una pelinegra con algunas cicatrices visibles en la piel que no estaba cubierta por la ropa – no tienes que burlarte jamás de esas cicatrices
- ¿Por qué no? – la miró sorprendido – papá siempre dice que tengo que resaltar los defectos de los demás para usarlo a mi favor
- En cuanto a esto, no me importa lo que tu padre pueda decir – negó mirándolo – esas cicatrices no son comunes ni motivo de burla – pudo ver confusión en su hijo – ¿recuerdas cuando te hable de magia antigua?
- Sí, lo recuerdo – frunció el ceño – pero no entiendo ¿Por qué eso es importante ahora?
- Esas marcas son producto de magia antigua – vio la sorpresa aumentando en su pequeño – no hay registros de nadie que haya sobrevivido a heridas así
- Pero ella lo está – cuando notó que su madre asentía comprendió – entiendo, no voy a burlarme
Ciertamente eso había despertado mucho interés en el rubio por saber más de la niña por la que su madre siempre dispuesta a apoyar a su marido impidió que se burlara, sabía que si su padre hubiera estado ahí las cosas serían diferentes y honestamente en el fondo no le gustaba tener que denigrar a los demás, pero con su apellido era prácticamente una obligación.
Por su parte, la pelinegra estaba completamente emocionada después de haber comprado todas las cosas que necesitaría en Hogwarts, sobre todo por probar la varita que la había elegido...porque por supuesto había escuchado a Olivander decir que no era el mago quién las elegía sino al revés, deseando descubrir porque esa particularmente la escogió a ella.
Tuvo que contener la emoción hasta el primero de septiembre para tomar el tren, aunque sus madres querían que ya estuviera en la escuela aceptaron su decisión de ser tratada igual que el resto de los estudiantes disfrutando del viaje hasta llegar hasta ahí. Por lo que Poppy sonrió a su pequeña rodeándola en un abrazo cuando se despidieron en la estación, algo preocupada de cómo podrían tratarla los demás niños al verla.
No paso demasiado tiempo antes de encontrarse en un vagón junto a dos chicos, preguntando si podía sentarse con ellos pues los demás estaban repletos de gente...se presentó conociendo rápidamente al famoso Harry Potter, así como a Ron Weasley, poniendo al corriente al chico sobre algunas cosas del mundo mágico que aún desconocía por criarse con sus tíos muggles.
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En la cima de la batalla
FanfictionUn OS que tenía potencial para ser una novela, los invitó a descubrirla