Lo veía bajar de aquella calle empinada, a paso lento, con una especie de sobretodo y capucha que lo cubría prácticamente por completo, no lo escuchaba, pero podía imaginar como arrastraba sus pies.
Siempre hacia el mismo recorrido, a la misma hora, me daba la impresión que esperaba a que el día comenzara a apagarse para salir al exterior, quizás ya teníamos algo en común...
Yo era nuevo en aquel barrio y debo admitir que me sentía bastante solo, mas en invierno, esas tardes y noches eran eternas... Aun así, no sentía la suficiente confianza para acercarme a hablarle, dentro mío algo me frenaba...
Comencé a salir a caminar por las tardes, en realidad a pasear a Loco, con pocos ánimos de socializar, en verdad no lo considero realmente necesario, pues...creo que así estamos bien...
Aun así, si estaba dispuesto a encontrarme con aquella persona, no quería forzarlo, simplemente comencé a predisponerme a que, quizás..., en algún día podamos encontrarnos, después de todo salíamos a caminar prácticamente por las mismas cuadras y a la misma hora.
Me pareció algo extraño, pero durante toda esa semana no pude verlo, ¿Lo estaremos intimidando con Loco?, ¿Se habrá ido?... Tal vez ya no viva en el barrio o quizás se haya muerto, no lo sé... Ya ven lo que pasa cuando hago el intento de socializar...
Esa tarde dude si salir a pasear, hacia mucho frio y estaba oscureciendo antes de lo habitual, no tenía una pizca de ganas en salir, pero allí estaba mi compañero, mordiendo su correa y mirándome con cara triste, sospechando mis intenciones de no querer ir a ningún lado, y si... este perro es mas inteligente de lo que parece...
Así fue que salimos a pasear, prácticamente obligado, caminando casi más rápido que él, pues el frio me atravesaba la campera y tampoco había llevado guantes, pero en ese momento lo veo... ¡me sobresalté!, ¡estaba ahí! y mucho más cerca de lo que pensé que podía llegar a estar de él. Sin dudas no lo vi venir, simplemente de un momento a otro estaba allí...
Nos quedamos quietos, incluso Loco, como si intuyera algo extraño, esperamos a ver que hacia primero y creo que él pensó lo mismo, pues se quedo quieto, casi clavado al piso...
Comenzaba a anochecer y me costaba ver bien su rostro, pero ya estaba ahí... seguramente no era el mejor momento para socializar, pero Loco, mucho más valiente que yo, comenzó a acercarse, como si quisiera olfatearlo y me dio un poco de confianza para acercarme, al menos, un poco más...
Estábamos prácticamente a unos pasos suyos, quien permanecía duro como una estatua, fue en ese momento que comencé a sentirme mal, tenía el estómago revuelto y sensación de nauseas, claramente estos síntomas sobrepasaban mi pánico por socializar, se trataba de algo más... ¡Algo olía horrendo!, un olor nauseabundo comenzó a avanzar y Loco se puso aún más loco, no podía sostener su correa, algo lo había alterado y se quería soltar...
Tomé fuerte su correa y con voz entrecortada por el pánico que intentaba disimular, dije: ¡Vamos Loco!, estábamos a menos de una cuadra de casa, pero teníamos que pasar a su lado y aparentemente él no pensaba moverse, lo cual me daba más aún más miedo...
No sé en qué pensé en ese momento, solo se que mire hacia abajo y casi corriendo seguimos nuestro paso, la mezcla de ese olor asqueroso y el miedo que cargaba, creo que fue el combustible con el que llegamos en razón de segundos hasta casa...
¡Y si!... voltee, la curiosidad por saber si aún seguía allí, fue mas grande que el miedo...
Realmente no lo creerán, pero ya no estaba...
Con mi amigo Loco nos miramos desorbitados...
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EL LABERINTO DE LA SOLEDAD
Mystery / Thriller¿Cuáles son los límites de la soledad?, ¿Hacia dónde nos conduce su retorcido laberinto? Te invito a leer la primera historia de este libro, donde conocerás a Fredric, un joven escritor introvertido que se enfrenta a los límites de la soledad mientr...