La Weasley diferente y en Durmstrang

Salvándolos.

- Camila, te dejaremos aquí, para que tú, según lo que viste decidas como actuar – dijo Gustavo antes de desaparecer.

Me dejaron en una cueva, la cueva donde el menor de los Black, murió o morirá... esto de jugar con el tiempo es más complicado de lo que muestran en los libros y en esas películas muggle, que vemos con Cedric...

Cedric, no lo eh visto, me duele el hecho de que por todo esto no pueda pasar el tiempo que quiero con él, pero más el hecho de que por mi culpa, el pobre tenga que estar oculto. Él siempre dice que no es así, que me debe la vida, pero ¿Eso es vida? Según el no pasa nada, porque así cuando nos vemos nuestros momentos son especiales y, que mientras va investigar de los muggles lo más que pueda, para luego hablar con papá... Con el señor Weasley, de algo que a él le guste.

- Bien, ¿Estás seguro que es aquí donde te trago, el señor tenebroso? – Regulus.

- Si, amo. Es aquí – un momento, esa voz, yo conozco esa voz, Kreacher el elfo que estaba en Grimmauld Place – Por aquí – dijo y vi dos sombras acercándose.

Por lo que rápidamente, me escondí tras una piedra muy grande, más que yo. Y así era, se estaban acercando a mí, porque luego los vi, Regulus se veía dos años más grande de cómo lo dejé cuando era su "maestra".

- Kreacher, tienes que prometer que pase lo que pase, cuando termine de beber esa poción, sacarás el guardapelo que está ahí, mientras tú haces eso, yo tomare el agua y luego nos vamos. Pero si algo sale mal, vete y destruye el guardapelo – dijo con algo de miedo en su voz, pero tratándolo de esconder a más no poder, pero cuando el elfo no respondió él, pareciera que hubiera dejado el miedo atrás - ¡Promételo!

- Lo prometo, pero nos vamos a ir juntos.

Luego de escuchar la promesa, él se tranquilizó. Camino lentamente hacia el "bebedero" que estaba ahí. Con una mueca en su cara y una gran fuerza de voluntad, empezó a beber de esa poción, y, aunque ya no quería, él mismo se obligaba a seguir tomando, hasta que dijo:

- ¡Ya! – con apenas fuerzas – necesito agua – Y cuando por fin agarro la botella y creí que no necesitaría involucrarme, todo se fue al carajo –. No esta agua no funciona – dijo sin darle siquiera un sorbo a la botella.

Se acercó al lago, donde se acacho y con su mano se acercó agua a su boca. Se relajó y en un segundo intento por tomar agua, unas manos lo empezaron a jalar hacia el fondo.

- Kreacher, vete. Vete – grito histérico, mientras lo hundían.

¡Ya sal! Sálvalo

No, no, tengo que esperar que Kreahcer se valla.

Kreacher, con lágrimas en los ojos, y sin querer hacerlo, dándole una última vista hacia donde antes estaba Regulus, desapareció. Con cuidado me acerque al lago. Cuando vi que ya lo tenían en la profundidad no me quedo de otra, que sacar la varita y tirarme para nadar y alcanzarlo. Cada que un uno se me acercaba, le tiraba un hechizo que me hicieron practicar desde hace un tiempo.

Cuando llegue hasta él, al principio me costó sacarlo de las manos que lo tenían prendido. Pero eso no fue lo peor, lo peor fue cuando ya estábamos afuera, ya que él seguía vivo. Lo cual me facilita el darle la poción y asegurarme que le haya efecto, pero me lo dificulta porque le voy a tener que tirar un... un avada kedavra, nada fuera de lo común.

- ¿Antonella? – dijo con apenas fuerzas.

- Regulus. Todo estará bien – dije mientras de mi bolsa sacaba la poción.

- Reg. Me salvaste. ¿Lo destruyo?

- Lo hará. Tomate esto – dije y el obedeció – Perdón.

- ¿Por qué pides perdón? Me acabas de salvar.

- Por esto – dije y el me miro raro –. Avada Kedavra.

De la nada volvieron a aparecer los tres espíritus y Gustavo.

- Vámonos, Camila – me agarro de la mano y volvimos a cambiar de escenario, esta vez apareciendo en una casa.

Solo con ver la casa por dentro, se podía sentir el amor y la alegría y calidez que hay en esta familia. Gustavo y los espíritus, volvieron a desaparecer. Al acercarme a los marcos, me di cuenta que es la casa de los Potter.

- Cariño, de seguro el té que pusimos hace rato, ya está... ¿Quieres que te traiga un poco? – pregunto una voz masculina.

Por lo que vi mi oportunidad para hacerlos beber la poción. Me encamine rápidamente a la cocina y en la tetera que había sobre el fuego, con cuidado quite la tapa y eche la poción. Me escondí luego de eso, ya que James ya estaba en la entrada a la cocina.

James sirvió el té en dos tazas y se las llevo hacia la sala de estar. Como la verdad no tenía nada que hacer y no quería tocar nada, por no ser de mi propiedad, los seguí.

¡Mentirosa! Te gusta el chisme.

Ambos se pusieron a hablar, mientras tomaban su té.

Y yo, al ver el amor que se tenían, al oír como hablan de Harry y sentir ese amor en las palabras, al oír sobre mi familia, sobre papá y mamá y volver a sentir ese amor, no puedo evitar preguntarme "¿Cómo habría sido crecer con ellos?" Porque si mis padres murieron, por lo que eh visto y por una plática de los merodeadores, James hubiera dado todo porque me quedara con él.

Hubiera crecido rodeada de amor, sin duda, igual crecí con él, en la familia Weasley. No hubiera tenido que compartir todo y, aunque eso en un punto de mi vida me molesto, me hizo quien soy, pero viendo a James, él no tuvo que compartir todo y no es malo, a veces caprichoso sí, pero no malo. Posiblemente no hubiera ido a Durmstrang, y es algo de lo mejor que me pudo pasar, y que realmente siento mío, pero no hubiera tenido que buscar algo que fuera "mío", porque no tendría que haber compartido todo.

Pero mi hilo de pensamientos, se vio interrumpido cuando veo a Lili subir corriendo, luego como matan a James frente a mí, Voldemort me mira, me tira un "Avada" y al no matarme se mentaliza que no soy real, se va arriba, escucho el grito de Lili y el llanto de Harry. Y de la nada como si no hubiera respirado, respiro, despertándome y viendo a Tián.

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¡Hola! 

Espero que es haya gustado este capitulo.

Gracias por leer, votar y comentar.

Pregunta seria

¿Les gustaría que hayan escenas con los personajes que salvo, Antonella? ¿O que solo aparezcan cuando realmente sean necesarios?

Feliz día, tarde o noche.