Capitulo único

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La mañana comenzaba a aclarecer, los hermosos cantos de los pájaros eran una suave melodía para los oídos del rubio quien aún se encontraba en cama. Se revolvía entre las sábanas, buscando el calor de aquel cuerpo perteneciente a su azabache favorito. Para su gran sorpresa, no sentía el cuerpo de su novio en ningún lado de la cama. Lentamente, abrió sus ojos azules y analizó todos los recovecos de su habitación compartida. La luz del sol invadía su lugar de descanso, penetrando ligeramente las cortinas transparentes que se mecían por el suave movimiento del viento que se filtraba por los ventanales. Sus ojos viajaron de las amplias ventanas hasta el costado de la cama donde se supondría estaría su pareja descansando junto a él.

Sobre la almohada del mexicano, Max logró observar una pequeña nota. La tomó con una de sus manos y, un bostezo después, restregó sus ojos para aclarar su vista del desgano mañanero.

"Saldré a correr un poco y luego pasaré al supermercado y comprar comida para nuestro desayuno. Te amo, Sergio."

La nota finalizaba con una pequeña carita feliz en una esquina de la hoja. El ojiazul no pudo evitar el sonreír al ver la atención que tenía Checo sobre él. Realmente era el amor de su vida. Tomo la nota y la colocó sobre su mesa de noche para luego sentarse en la cama. El pecoso no estará en casa por una hora o dos, por lo que el joven rubio tenía tiempo para hacer alguna actividad de ocio.

Se estiró un poco y algunos de sus huesos tronaron liberando la tensión del cuerpo para poder levantarse por completo. Sus pasos eran lentos y tranquilos, no había prisa. La temporada de Formula 1 se encontraba en su descanso veraniego, por lo que todos los pilotos estaban de vacaciones haciendo de todo o nada a la vez.

"Ey... buenos días pequeños" saludó Max con ternura a sus gatos Jimmy y Sassy, rascándoles la cabeza con delicadeza. En respuesta, ambas de sus mascotas maullaron y ronronearon a su dueño. Parecía que aún no despertaban del todo, no los culpaba ya que aún era temprano.

El holandés siguió caminado hasta la cocina para preparar un poco de café. Necesitaba un expreso para despertar por completo y, con solo el olor de ese delicioso líquido, Max ya sentía sus energías volver a restablecerse. Sirvió su taza con café espeso y fue a sentarse a uno de los sofás de la sala. La suave brisa matutina ingresaba por las puertas de vidrio del balcón. Era simplemente perfecto para despejar su sueño. Max tomó un sorbo de su café tranquilamente. No había mucho que hacer por el apartamento, estaba limpio y ordenado así que el joven tomó su celular para ver qué había de nuevo en redes. Aunque no era fanático de estas, las utilizaba de vez en cuando para ver que había de nuevo en las tendencias.

Después de un tiempo viendo reels de gatos en Instagram, el joven viajó a Twitter. Una de las redes en las que más disfrutaba estar por el amplio contenido de Formula 1. Mentiría si dijera que el contenido del famoso 'Chestappen' no lo disfrutaba. Era uno de los 'ships' más famosos entre los fanáticos y disfrutaba ver todo el contenido que las personas compartían en esta sobre su relación con Sergio. Y, aunque para los fans todo era un simple e inocente juego de roles, detrás de las puertas de su apartamento la relación era más que real. Habían logrado ocultar con éxito su relación ante los ojos de los seguidores, compañeros pilotos e incluso sus jefes de equipo... a excepción de Horner (ya que este sospechó, gracias a sus extrañas actitudes, sobre su relación secreta).

Interactuaba, comentaba, compartía y daba like a toda publicación que tratara de ellos dos. Siguió bajando por su 'time line' hasta que encontró un video en una cuenta, la cual él seguía habitualmente por el amplio contenido que subía de su relación amorosa con Sergio. Pero esta vez, el video no tenía nada que ver con ellos dos. Era una pequeña dinámica entre su Checo y Daniel Ricciardo.

Curioso, le colocó volumen a su celular para escuchar lo que ambos estaban diciendo. Y grata fue su sorpresa al escuchar el tipo de conversación que estaban sosteniendo su novio y su mejor amigo (o como Max pensó en ese momento 'traidor'). La dinámica de la actividad era simple, preguntas y respuestas. Era el turno de Daniel el realizar una pregunta que se encontraba en un pequeño cartón que el equipo se encargó de brindarles. Así que Sergio debía de responder a su pregunta.

Con nadie más, solo conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora