Amor de perros

Nena no sabés lo embobado que estoy

Viste cuándo tenés toda tu vida resuelta? Diecinueve años, trabajaba a la mañana y a la tarde iba al colegio, el trabajo sólo para ir a recitales, el colegio sólo para tener el título, vivía con mis viejos, pero casi nunca los veía, trabajaba, "estudiaba", comía, y dormía así era mi vida. Me escapaba de la rutina yendo a los recitales, cuanto más lejos mejor, pero siempre tenía que volver a la tediosa rutina en la que me veía atrapado. Eso era todo lo que tenía, hasta que apareció esa piba, dio vuelta mis planes (que no eran muy pretenciosos) cambió mi rutina, ordenó mi desorden y despertó aquel corazón que sólo sonaba con música, ella era mi música.

Mi cabeza no paraba de pensarla, de imaginarla, metro sesenta, toppers blancas, jean desgastado, remera de divididos, morral de callejeros, rastas en toda su cabeza, ojos verdes oasis para mi sed. Nunca antes había tenido tanto interés por ir al colegio, quería verla, quería hablarle, la quería.

Mientras pasaba el tiempo nos vimos más unidos, no había un día en el que no habláramos, empezamos a ir a recitales juntos, resulta que era una buena poguera, sin querer nos hicimos buenos amigos, aunque nunca quise eso, pero ese fue el lugar en el que ella me dejó pertenecer en su vida, no me había animado a decirle lo que me pasaba, y para el momento ya la conocía bastante, sabía que si le decía ahora lo que sentía se daría la vuelta y no la iba a ver nunca más, no me arriesgaría a eso, con que supiese que yo iba a estar siempre junto a ella me conformaba. Sí, tan cagón puedo ser, pero es la mina de mi vida.

"Corazón, que es tan fácil quererte, con o sin razón, no me animo a perderte"