Del cielo a la Tierra

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A su llegada a la tierra, los 3 ángeles se miraron unos a otros tratando de buscar aquello que podría permitirles mezclarse entre los mortales, Israfel enseguida sugirió esconder alas y halos para evitar el pánico del hombre al ver seres divinos, un par de segundos después, los tres ángeles yacían despojados de sus celestiales coronas; Baraqiel, quien estaba en desacuerdo con la misión y la apuesta en general, se sentó sobre una roca y miró el cielo desde allí, se sentía como una mísera partícula de polvo atrapada en una corriente de aire, por lo que su única sugerencia era terminar pronto y regresar al cielo cuanto antes, sin embargo Samael le reprochó su poca fe y añadió que quizás lo mejor sería crear una apariencia más similar a la humana.

A Baraqiel eso le disgustaba, siempre había visto a las creaciones de Dios, como eso y nada más, simples creaciones, juguetes con los que se divertía antes de que le aburriesen lo suficiente, por lo que, después de discutirlo un rato, mejoró su apariencia y ropaje.

Israfel se había transformado en un chico delgado y con facciones delicadas, su cabello era verde al igual que sus ojos, y en sus mejillas, cuales estrellas en el oscuro firmamento, descansaban unas suaves pecas que enmarcaban su belleza; por otro lado Samael se había convertido en un chico poco más alto que Israfel, su cabello, peculiarmente teñido de dos colores, caía suavemente por su rostro enmarcando una mirada heterocromática, rojo y blanco era todo lo que se lograba apreciar de su figura, sus ojos azul y rojo finalmente se posaron sobre Baraqiel, quien ahora lucía como un chico aproximadamente de la altura de Samael, su cabello era rubio cenizo y estaba formado por distintas puntas que le daban un aire peligroso, pero lo que más resaltaba de su nívea apariencia, era su mirada carmesí, que parecía querer fulminar todo a su paso.

Una vez que los 3 ángeles estuvieron de acuerdo con sus apariencias, se colocaron el ropaje que consideraron más adecuado para la época, siendo éstos 3 trajes blancos; al final decidieron comenzar con su labor, al entrar en la primera comunidad humana que vieron, descubrieron el templo al que debían reportarse una vez llegaran, por lo que entraron y comenzaron con la actividad correspondiente — Veo que se han mezclado con los mortales — aseguró una voz femenina al otro lado del comunicador celestial — En ese caso, he de advertirles que no podrán utilizar sus nombres celestiales en tierras del hombre, o podrían ser descubiertos, Dios ha elegido los más aptos para cada uno recientemente — uno a uno fue acercándose al comunicador para recibir su nombre y su tarea, al finalizar la transmisión, se desearon buena suerte y partieron en busca de fortuna

Izuku Midoriya, el ángel de la cabellera esmeralda, se encargaría de difundir las bondades del corazón del hombre, ayudaría a los enfermos y lisiados, y pretendería esparcir la solidaridad entre los hombres.

Todoroki Shoto, el ángel bicolor, enseñaría a los hombres la dualidad de la fuerza y el poder de la voluntad, ayudaría a terminar con la guerra y la desgracia para esparcir la enseñanza de la justicia y la protección del más débil.

Bakugo Katsuki, el ángel de la mirada de fuego, buscaría esparcir el conocimiento en el hombre y las bondades de la astrología, ayudaría al avance intelectual y espacial de la humanidad y predicaría en el nombre de Dios.

Así pues, tres ángeles comenzaron su andanza por el mundo durante el siguiente siglo, prometiendo reencontrarse en aquel templo antes de que el Gran Plan se pusiera en marcha.

Eclipse Rojo (Kiribaku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora