Capítulo 63

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Anteriormente:

Las horas pasaban entre besos robados y caricias. Rápidamente era hora de la cena y no tardó mucho en ser la hora de dormir.

Debía recuperar energías cuanto antes. Debía hacerme más fuerte, para proteger a las personas importantes de mi vida.

[...]

Jueves por la mañana. Me levanté, y decidí tomar una ducha. Tenía que volver a acostumbrarme al agua, y esa era la mejor manera de hacerlo. Me preparé y eliminé el resto de agua y humedad de mi cabello. Era realmente útil no tener que secarlo. Ahorraba mucho tiempo.

Para mi pesar, no faltaba mucho tiempo para el comienzo de las clases, por lo que debía darme prisa. Bajé a la sala de estar donde pude ver a algunos de mis compañeros. Me uní a ellos en el desayuno y luego fuimos al aula , pues las clases estaban a punto de comenzar.

Me senté en mi mesa como de costumbre, pero luego recordé algo. Busqué a Yao-Momo con la mirada. Quería hablarle, pero en ese momento llegó Aizawa-sensei. Todos sabemos como hay que reaccionar cuando él llega. La clase que hasta entonces había sido un completo caos, quedó en un silencio absoluto.

Las clases comenzaron sin que pudiera hablar con ella. Al pensar en eso, no estuve lo suficientemente concentrada durante el resto de la mañana escolar.

Sin embargo, la hora del almuerzo llegó, y con ello mi oportunidad para hablar con Yaoyorozu. Le pedí que se quedara un momento antes de ir al comedor. Hoy sería nuestra última tutoría oficial. Pero no podría asistir.

Yao-Momo tomó bien la situación e insistió en que no debía preocuparme. Intercambiamos un par de frases más y nos despedimos. Yaoyorozu salió del aula en dirección al comedor.

Me quedé sola. Miré hacia la ventana, y contemple en hermoso cielo azul. Abrí una de las ventanas para que la brisa del exterior pudiera entrar a la habitación. Cerré los ojos, disfrutando de esa sensación. Si me hubiesen dicho unos meses atrás que mi futuro podía ser tan bonito, no lo habría creído.

Bakugo: Oí… si tardas tanto no quedará comida.

Me di la vuelta para observar a cierto rubio apoyado en el marco de la puerta.

Tn: Nadie te obligó a esperarme. – dije mientras me acercaba.

Bakugo: Lo sé, pero quería hacerlo. Lo complicado fue deshacerme de esos dos… Están cerca todo el rato.

Me reí por lo bajo. En el fondo no es capaz de admitir que le alegra tenerlos cerca.

Después de eso nos dirigimos hacia el comedor. Al llegar, todos nos comenzaron a mirar raro. Mina hacia preguntas cómo: “¿Qué hacían ustedes dos solos?” “¿Cómo es que llegan juntos?” Y cosas por el estilo.

Kaminari era más descarado todavía, insinuando un par de veces la atracción existente entre ambos. Mientras tanto, Katsuki disfrutaba viendo cómo los comentarios de los demás lograban enrojecer mi rostro en múltiples ocasiones.

El tiempo pasó, y la tarde llegó. Todos estaban en los apartamentos, y aproveché el momento para irme. Me encontré con Aizawa-sensei en la puerta de la UA como habíamos acordado. Después de eso tomamos un taxi en dirección al hospital.

Durante el trayecto recibí un mensaje de Katsuki.

Bakugo: No sé a qué hora volverás, pero te esperaré despierto. Quiero reclamar mi beso nocturno.

Mis mejillas se sonrojaron levemente. Desvíe mi mirada hacia el exterior del vehículo, intentando que Aizawa-sensei no notará mi nerviosismo. Al menos, no el que me provocó este chico.

La Hermana de Eri-chan (Bakugo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora