Regreso a clases.

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Siempre viví mi vida como si nada importara, mi meta principal era lograr entrar a una buena universidad y marcharme de este lugar. No era que hubiese tenido una mala infancia o que mis padres fuesen malos, todo lo contrario, mi vida hasta entonces era normal. Mi problema era este pueblo, muchos de las personas aquí habían vivido toda su vida en este lugar, sin sueños, sin aspiraciones, simplemente se habían conformado, pero yo, yo quería más.

En nuestro pueblo había dos preparatorias, Academia de Genios, una institución privada, de muy buena reputación. En ella solo estudiaban alumnos de elite o como a mí me gustaba llamarles los del billete porque técnicamente solo los hijos de personas adineradas podían permitirse ese instituto. Luego estaba Futuros Lideres, el lugar que persona como yo podían permitirse, literalmente porque era gratis, si hubiese tenido que pagar ni siquiera habría tenido la oportunidad de pensar en ir a la preparatoria. 

Bueno hablando de escuela ya era tiempo de volver a ella, el verano había terminado y volvía a mi rutina, la cual consistía en ir a clases, sacar sobresaliente y vender caramelos de la felicidad, como a mí me gustaba llamarlos, pero bueno en realidad eran drogas y sí, yo las vendía. La situación económica de mi familia no fue la mejor el año pasado, mi mama había perdido su trabajo y mi padre hacia más de cuarenta horas semanales con la de mantenerlos. Pero todo parecía mejorar, mi madre debía comenzar pronto en otro trabajo, bien remunerado, por cierto, por lo que tome la decisión de que este año dejaría de venderlas, solo debía deshacerme de las pocas que me quedaban.

Eran las seis treinta de la mañana, mi amiga Mel pasaría por mí a las siete, para ir juntas a la escuela, usualmente prefería ir sola, en mi bici, pero ella insistió por lo que acepte. Mi outfit para el día era una sudadera gris con una gran foto de baby Yoda, si lo sé, algo raro para un primer día, uno importante pues era mi último año, pero así era yo. Me puse una falda dejando al descubierto mis piernas, peine un poco mi desgreñada melena y bajé a desayunar, ah claro unos tenis de florecitas para andar cómoda no podían faltar. 

Encontré una nota de mis padres en la mesa junto a mi desayuno, deseándome un buen día. Ambos habían salido temprano, estas notas eran algo a lo que estaba acostumbrada y siempre las guardaba. El reloj marco las siete y unos golpes en la puerta me hicieron levantarme de la mesa.

—¡Voy! —Grite, mientras abría la puerta. —¡Mel!, Como te extrañe.

Mi Melissa, la cual le gustaba que la llamara Mel, era mi mejor amiga. No crean que era ese tipo de personas que solamente tienen una sola amiga, no es así, soy bastante popular a pesar de que me gusta más estar sola con mis pensamientos. Bueno y para aclarar entre todos esos amigos, conocidos o simplemente compañeros que tenía, Mel había ocupado el puesto de mi mejor amiga, nos conocíamos desde hace diez años. Ella es la pelirroja más bella del pueblo, bueno no era natural, pero igual le quedaba perfecto con sus verdes ojos y su pálida piel. En pocas palabras, simplemente bella. Nuestra amistad se había vuelto tan fuerte casi al punto de ser como hermanas, pues tras la muerte de la mama de Mel, mis padres la habían acogido como a otra hija. 

—Mi pequeña mariposa, yo también te extrañe mucho —Susurro mientras me abrazaba —Bueno, vamos a ponernos en marcha, que no queremos llegar tarde.

Se sentía tan bien ver todas esas nuevas caras en el instituto y saber que éramos al fin los de último año. No podía esperar a que llegara la semana de aplicación a las universidades, tenía mi ensayo escrito desde que entre a esta escuela literalmente. Mel aparco el carro en su parqueo correspondiente y comenzamos a caminar hacia la entrada.

—¡Chicas! ¡Esperen! —Grito alguien, cuando nos volteamos nos encontramos a Travis, ¡quien había sufrido un cambio radical físico durante el verano! —¡Ay! ¿Qué tal están? Como las extrañe.

Travis fue mi primer novio, comenzamos a salir al conocernos aquí en el instituto, pero a las pocas semanas de estar de novios, noté que lo que sentía por él no era cariño, por lo que terminamos, según Mel, el aún estaba enamorado de mí.

—¡Anda! ¿Has estado haciendo ejercicio no? —Pregunto Mel, mientas miraba al nuestro amigo de arriba a abajo —Mira que te ha sentado bien.

—Muy graciosa, pero si, entrene este verano. Planeo unirme al equipo de futbol este ano —Respondió Travis.

—Valla, valla, pero ¿qué ha pasado con el dulce chico que conocíamos? Por favor un médico, que se nos ha vuelto loco —Bromeo Mel mientras le daba unas palmaditas en la cabeza a Travis.

—Ya, déjalo tranquilo. Te ves bien, te deseo mucha suerte en las pruebas de selección del equipo en serio —Interrumpí, al notar que Travis comenzaba a sonrojarse —Además chicos, este es un año para disfrutar, lograr nuestras metas y bueno dejar nuestra huella aquí supongo.

—Tienes razón —Enfatizo Mel.

—Bueno chicas, vamos, que la primera clase está por comenzar y a la señorita Flores no le hará gracia si llegamos tarde.

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⏰ Última actualización: Mar 06 ⏰

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