El escape.
Raphael.
Logré salir de esos galpones llego a la puerta principal a unos pasos de mi libertad y por inercia volteó hacia atrás dos tipos me están siguiendo aceleró el paso lo más que puedo, los escuchó gritar algo pero no les prestó atención tengo que huir de aquí no sé hacia dónde voy porque realmente no tengo idea de mi orientación en Buenos Aires lo que sea que tengo que huir.
- ¡Maldito párate!- suena un disparo- a la próxima no fallaré.
Acelero el paso, ya no corro, estoy volando así me siento creo que voy a más de ciento veinte kilómetros por hora pero necesito huir de repente siento el impacto en el hombro veo como corre sangre logro ver la bala alojada en el la cabeza del hombro, suena otro impacto de bala que me roza la costilla derecha si sigo corriendo estos me matarán, así que sin más avanzo unos sesenta metros y me tiro por un precipicio cuidándome la cabeza debo esperar un tiempo y luego buscar ayuda, escucho cómo me buscan, estoy lleno de barro aproveché y me llene hasta la cara camuflándome detrás de unas rocas, no quiero ser encontrado.
- Escoria ven acá, no saldrás de esta vivo te lo juro.
Esa voz es de Guillermo, es el, quien me está siguiendo, el cansancio se apodera de mí, escucho unas sirenas, mis ojos se cierran, debo luchar, necesito luchar por ellos no me puedo dejar vencer, pero estoy tan adolorido que ya no doy más, en susurro digo.
- Perdón pequeños papá los deja solos, pero no tengo manera de luchar-con poca fuerza miro al cielo- Ari no quiero llegar a ti como un cobarde pero eso es lo que soy, no te veré por qué a mí me toca el infierno, no me reproches por favor.
Estoy lleno de barro debo tener las heridas ya infectadas, el dolor aumenta, cierro los ojos esperando mi final.
Liesel.
Escucho tiros pienso que es Amanda, aún dos años después le tengo miedo, pero como no hacerlo si me dejó aquí varada, solo por decirle que la descubrí, se escucha el primer disparo, me escondo, pero escucho cómo insultan a alguien, me acerco a unos de los orificios y veo a un hombre robusto con una pistola en mano, quiero gritar, pero no lo hago, mis ojos caen en unos pies descalzos que se hunden en el barro ¿Quién eres? Estás huyendo por lo que noto, quédate ahí yo te ayudaré, no te muevas, los disparos y voces van disminuyendo, escucho un "Ya vámonos, debe estar muerto" los pasos van regresando, espero unos minutos más.
Salgo a buscarlo, lo encuentro lleno de barro y herido, lo arrastró hasta la casa, es un tipo enorme, veo sus tatuajes y me fijo en el tallo de la flor, me recuerda a las iniciales de mi sobrina, como la extraño, me dedico a curarlo, menos mal estudie enfermería, veo la bala y la saco con cuidado cauterizo la herida, entablillo sus dedos, me quedo cuidándolo, se medió despierta y le doy un calmante, no me importa prestarle mi cama, el necesita descansar.
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Solo Nosotros |Libro #2l Bilogia: DESTINO
LosoweEn el libro 1 leímos varios gritos de Auxilio de los amantes, no termino bien ¿Raphael después de noventa días regresará vivo? Arianna Marie Troom está dispuesta a matar a Karina Vergel, con su esposo y padre de sus hijas nadie se mete, la versión...