Verano Cruel

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Owen

Después de la plática con Carolina, me siento algo raro. ¿Podría funcionar? ¿Kahler sería tan inocente como para que soltara su dinero, así sin más? Bueno creo que lo podría hacer, si se enamora de mí.

Pero es tanto mi odio que tengo hacia ella en este momento, que no sabría si es seria capaz de ser atento o mostrarle alguna seña de cariño. Y es que ella no tiene nada que me interese como mujer es torpe, reservada y nerd. No tenemos nada en común.

Tomo un suspiro largo y me dirijo a su casa. Mañana empieza oficialmente el verano y aprovechando que Carolina no va a estar puedo tener todo este tiempo para acercarme a Kahler. Pensé que se opondría a mi plan de enamorarla, pero creo que es más su desesperación por conseguir el dinero que no le importo.

Cuando llego me tumo un momento. Si inicio esto no voy a poder dar marcha atrás, soy muy consciente que en algún momento alguien va a salir lastimado, pero no tengo más remedio.

Me bajo y camino con paso firme a la puerta de su casa. Guardo la leve esperanza que no me abran y que estén dormidos.

Toco el timbre y espero, espero... un minuto. De pronto un hombre me abre.

—Dígame, ¿Qué desea? —me pregunta muy serio. Imbécil

—Quisiera ver a Adalia. Soy un compañero de la escuela, ya me conoce.

El hombre me ve extrañado, voltea y por un pequeño espacio entre el y la puerta logro verla. Esta parada en medio de las escaleras, solo lleva una camiseta de los Steelers que le queda gigantesca. Nunca la había visto así, en un ambiente tan relajado.

Después de un momento el hombre me deja pasar.

—Señorita Kahler la busca un compañero. —por fin.

Me adentro en la casa tranquilamente. Veo a Kahler y se ve tan... tierna. Siempre que la veía iba retacada, nunca así. Hasta estoy sorprendido, puedo ver sus moldeadas piernas. Si bien Kahler es algo regordeta, si que es linda. Mi odio por ella disminuye un poco.

—Está bien. —pronuncia Kahler y siento su nerviosismo en su voz.

—Hola Kahler...—no tengo ni puta idea de que decir. —Solo quería pedirte perdón por lo de hace rato. No tenia por que tratarte así. —mierda espero sonar lo más convincente posible.

Doy un paso más.

—Creo que fui muy duro contigo.

—No hay problema, no pasa nada. —se nota a kilómetros su nerviosismo.

Se me ocurre una idea.

—Si pasa. Además, a tu novio no le gusto como te trate. No sabia que tuvieras novio.

—Ni yo.. —su comentario me sorprende, pero no digo nada.

Sigo con mi farsa de niño bueno. Le sigo pidiendo perdón. La verdad no me creo ni una puta palabra de lo que digo, pero al parecer ella me esta creyendo todo, hasta le he coqueteado diciéndole que se ve linda.

—Quisiera invitarte a cenar como muestra de mi sincera disculpa.

—No es necesario, de veras—se aleja de mí, como si quisiera huir de mí.

De mi no te vas a librar

—Ínsito y no te acepto un "no" mas por respuesta. Cámbiate, —no creo que quiera ir así vestida, aun cuando se ve bonita así—mientras te espero aquí.

Ella se queda inmóvil por un momento, pero ya no protesta.

—Esta bien, no me tardo. —sube lo más rápido posible y no puedo evitar ver su ropa interior que se asoma, es rosita y puedo entre ver que tiene estampado de bolitas blanca, no me sorprende es como una niña.

Gotas de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora