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Alejandro se metia en sus sentimientos, recordando aquella vez con sus amigos.

Ahora que lo recuerda, fue la mejor fiesta que tuvo con sus amigos. Diego, Robert y Joshua, una buena noche en un lugar desconocido, una ciudad desconocida. Alejandro se encontraba inmerso en la energía vibrante de la fiesta. Diego, con su espíritu extrovertido, lideraba la pista de baile, mientras Roberto y Joshua compartían anécdotas cómicas. El ambiente estaba impregnado de camaradería y euforia. Esa noche recordó aquella mujer que lo dejo hipnotizado, ni tan siquiera estaba pasado de copas, dejó solos a sus amigo para ir detras de ella, esa chica iba para el pasillo que llevaba hacia el baño del club, Alejandro la vio bien y vio que caían lagrimas por sus ojos, la mujer se tiro al piso a llorar, Alejandro se acerco para hablarle.

- ¿Estás bien?

La mujer volteo a ver a Alejandro, pero seguia llorando, Alejandro se sento a la par de ella y le puso su mano en su hombro.

- Es solo... -intentó hablar, pero las lágrimas dificultaban sus palabras.

Alejandro, sin presionarla, esperó pacientemente a que ella pudiera expresarse. La vulnerabilidad en ese momento compartido creaba un vínculo inesperado entre ellos.

- Mi novio... Me dejó. No puedo entenderlo.

El corazón de Alejandro se apretó al escuchar la confesión. Comprendía la profundidad del dolor en esas palabras. Sin saberlo, ambos compartían la carga de corazones rotos.

- Lo siento mucho. Estoy aquí si necesitas hablar.

Ofreció Alejandro, deseando transmitir apoyo en medio de la oscuridad emocional que los envolvía. La mujer levantó la mirada, encontrando consuelo en los ojos comprensivos de Alejandro, lo abrazo sin conocerlo pero luego de unos instantes se dio cuenta de lo que hacia y se separo de el, con una mezcla de sorpresa y verguenza.

- Perdón...

Alejandro sonrió con gentileza, reconociendo la fragilidad del momento.

- No tienes que disculparte. A veces, la compañía es todo lo que necesitamos -respondió con calidez.

La mujer se seco sus lagrimas y se le quedo mirando fijamente a Alejandro, se dio cuenta del tipo hombre que tenia en frente de ella, parecia su tipo de hombre que siempre habia soñado.

- Soy Selene, por cierto.

Alejandro, sintiendo la intensidad de la mirada de Selene, se perdió por un momento en la conexión que se estaba formando entre ellos, una sonrisa se formo en sus labios. La atmósfera del pasillo del club parecía transformarse, como si el tiempo se detuviera.

- Selene, que lindo nombre, soy Alejandro -dijo con sinceridad.

Selene devolvió la sonrisa, pero sus ojos aún reflejaban la sombra de la tristeza. La noche, que había comenzado con lágrimas y corazones rotos, ahora llevaba consigo la promesa de una conexión inesperada.

- Nunca había hecho algo así antes, soltar mis emociones frente a un desconocido. Pero algo en ti me hizo sentir... ¿cómoda?

Ambos se miraron, Selene reconocio en silencio que esa noche sería recordada por mucho más que lágrimas y tristeza.

- ¡Alejandro! Deja de pensar tanto.

La voz de Cat, la hermana de Alejandro, irrumpió en sus pensamientos, rompiendo el hechizo de la conexión en el pasillo del club.
Alejandro parpadeó, volviendo a la realidad de la habitación de hotel. Cat y Nicki, su novia, estaban allí, observándolo con expresiones entre curiosidad y diversión. Nicki, sin saberlo, compartía la misma habitación con él, mientras él rememoraba encuentros del pasado.

Amantes - Young Miko y Nicki Nicole Donde viven las historias. Descúbrelo ahora