Después de salir del hospital, tomé un taxi y me dirigí de nuevo a la estación de policía. Necesitaba ayuda y sabía que David podría darmela.
Tenía que encontrar a mi madre. Está vez sentía más rabia que tristeza, no podía creer que después de tantos años diciendo que mi padre no quiso saber nada de mí, ahora ella estuviera viéndose a escondidas con él.
Lo único que quería era encontrarla, para asi tener respuestas. Bajé frente a la estación de policías y sé que muchos se extrañaron de verme ahí de nuevo. Pero no me importaba que creyeran que estaba loca, necesitaba encontrar a la única persona que sabía que podría y querría ayudarme.
Llegue a la recepción y pude notar la mueca dedesprecio de la mujer que estaba frente al computador cuando la distraje de su emocionante juego.
-Hola- dije suavemente- Necesito hablar con el oficial David.
Me miro de reojo sin levantar del todo la vista de la pantalla de su computador mientras señalaba una puerta. Caminé despacio sin saber como David iría a reaccionar, sabiendo que me había dejado internada en el hospital.
Entre a la oficina y lo encontré sentado en su sillón hablando por telefóno. Levantó la vista y abrio ligeramente los ojos con un gesto de sorpresa cuando me vio parada frente a él, colgando la llamada y dejando a quien quiera que estuviera del otro lado, con la conversación a la mitad.
-¿Qué haces aquí?- espetó con voz gruesa- ¿Te escapaste del hospital?
-Tuve que hacerlo- respondí con los ojos ardiendo. No sabía por qué, pero la presencia de David se sentía reconfortante y a la vez... amenazante.
Me miró como si estuviera tratando de descifrar un acertijo y es que tal vez asi era. Se paseo por su oficina pasando las manos por su cabello negro una y otra vez, cuando se volvió para mirarme sentí que el corazón se me detuvo.
-Bueno, supongo que tendré que hacer algo al respecto- dijo, y por primera vez desde que mi madre había desaparecido, sentí que tenía esperanza.
Sonreí debilmente mientras me acercaba lentamente a donde él estaba, le di un cálido abrazo y me dí la vuelta.
-¿A dónde irás?
Mierda. No había pensado en eso.
No podía volver a la casa de Rose, su padre seguramente ya sabría lo ocurrido y no querria que ella estuviera cerca de mí. Mi casa estaba custodiada por la policía desde que había encontrado el mechón de cabello.
Todos estaban en mi contra. El oficial Cabral sospechaba de mí. No lo había dicho, pero lo sabía. Pude verlo en su mirada cuando me interrogo, pensaba que yo sabía algo solo porque había tenido mayor suerte que su equipo.
-No lo sé. Supongo que puedo quedarme en una habitación de hotel- dije mientras pensaba en mis opciones.
David soltó una risita burlona.
-No eres fugitiva de la policía. No tienes por qué esconderte. Sólo pensé que probablemente no tenias dinero ni dónde quedarte.
-Ohh- balbuceé.
-Vamos- dijo tomando su abrigo del respaldo de su silla- Te quedarás en mi casa.
De todas las cosas que me habían pasado esos dias para mí lo más surreal era que no tenía ni siquiera un lugar donde descansar tranquila, asi que tal vez por eso, acepte su invitación.
*****
Recostada en la cama de la habitación de invitados de David, pensaba en cómo mi vida había cambiado en un par de segundos, de repente una sensación de tristeza volvió a golpearme. Estaba sola.
Mi círculo se había reducido a dos oficiales que me vigilaban todo el rato, a uno que por comprensión, o quizás por pena, quería ayudarme y a una amiga a la que no quería involucrar en nada en este momento.
Cerré los ojos pensando como hubieran sido las cosas si ese día, si mamá no hubiera salido más temprano de su trabajo. Entonces fue cuando las dudas me arremolinaron.
¿Cómo sabía su atacante que ella saldría temprano ese día? ¿Cómo entró a la casa sin forzar ninguna cerradura?
¿Podría mi madre haberlo invitado a entrar? Y si era así, ¿entonces era cierto que se estaba viendo con mi padre a escondidas?
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La última vez
Mystery / Thriller¿Y si un día despiertas pensando que será un día normal y te das cuenta que puede ser la última vez que veas a alguien?