Era cierto

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La joven buscaba la salida con desesperación. En una situación normal, y en un horario adecuado habría encontrado la puerta del centro comercial sin problema, pero salir corriendo de ahí a las tres de la mañana con la adrenalina golpeando cada parte de su ser, no era una situación normal.

Teresa solo quería llegar a casa, finalmente dio con una puerta abierta. El frío nocturno le dio por completo en la cara haciendo que cerrara los ojos y que por unos segundos perdiera el equilibrio. Parapetada en una pared se asomó y vio a lo lejos a las tres compañeras de la escuela que le habían lanzado el reto de entrar a esa hora para verificar si las leyendas eran ciertas, si realmente el fantasma de un niño caminaba por ahí. Era cierto, pero lo que vio fue mucho peor. 

Las jóvenes que esperaban afuera se reían. Teresa las vio, lo primero que pensó fue en hacerles señales a la distancia para que la vieran y se fueran todas juntas, "no - pensó- mejor me voy sola".  Teresa recuperó las fuerzas y con la imagen de lo que acababa de ver salió rauda y veloz hacia su casa.

Las tres jóvenes que habían lanzado el reto la noche anterior se sentían muy enojadas mientras esperaban a Teresa en el baño de la escuela. Ella les había prometido una explicación del porqué se había ido por su cuenta.

A diez minutos de iniciar la última clase del día Teresa entró, ellas la observaron en silencio, Teresa se sintió en peligro. Les explicó que lo que vio la hizo salir huyendo de ahí, "¿qué viste?", la cuestionaron varias veces ya que cada vez que Teresa iba a empezar a explicar el miedo la enmudecía. "No me hagan recordarlo", rogó y, al tiempo que la campana anunció el inicio de la clase, Teresa echó a correr fuera del baño.

Esa tarde después de comer, Teresa se preparaba para hacer la tarea cuando desde la ventana de su recámara vio a sus tres compañeras.

"Tienes que regresar y terminar el reto, no estuviste el tiempo suficiente adentro", las tres estaban acostumbradas a que Teresa las obedecía en todo, por eso se desconcertaron cuando ella les respondió con voz firme, "sí voy, pero yo no entro. Si son tan valientes entren ustedes, o una de ustedes". Estuvieron de acuerdo.

A las tres de la mañana Teresa se escabulló por la puerta de la cocina.

Frente al centro comercial esperaban las cuatro jóvenes a que los guardias de seguridad fueran al otro lado del edificio como parte de su rutina. Los vieron doblar la esquina, se acercaron a la puerta y ahí Teresa les repitió el trato, ahora era su turno.

Continuará...


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⏰ Last updated: Jan 31 ⏰

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