19. Te veo

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Aonung estaba empezando a preocuparse ahora si había sido demasiado directo con su invitación. Pensó que necesitaban tiempo a solas sin interrupciones, pero habría estado completamente feliz con simplemente pasar tiempo con Neteyam.

Rotxo aceptó dormir con los otros chicos esta noche, esencialmente intercambiando camas con Neteyam, pero se había ido hacía quince minutos y Neteyam todavía no estaba aquí. Revisó su teléfono nuevamente y no encontró mensajes nuevos. Los dedos nerviosamente peinaron su cabello suelto, los rizos caían en todas direcciones al azar.

Entonces, suena el timbre.

.

22:47

Chico lindo💙:

.-> estoy afuera

.

Aonung casi arroja su teléfono, ignorando el sonido que hizo cuando rebotó en la cama y contra la pared.

Efectivamente, cuando abrió la puerta, Neteyam estaba al otro lado, con una sonrisa en su rostro.

– Estaba empezando a pensar que no vendrías.

– Lo siento. –Neteyam tomó sus manos y miró a su alrededor– Solo me aseguré de que todos estuvieran dormidos.

Aonung asintió

– Sí, está bien. –empujó a Neteyam hacia la habitación y cerró la puerta.

Cuando se dio la vuelta, Neteyam no había entrado por completo a la habitación y casi golpeó sus cabezas.

– Lo siento. –Neteyam dijo de nuevo, simplemente mirando al otro.

– ¿Hay algo en mi cara?

Aonung levantó una mano nerviosa hacia él pero Neteyam negó con la cabeza.

– Simplemente eres lindo.

– Oye, no robes mis líneas, son solo mías.

Neteyam se rió suavemente y extendió una mano para acariciar uno de sus rizos. Aonung podía sentir pequeños temblores en sus dedos.

– ¿Qué ocurre?

Neteyam tarareó, colocando un rizo detrás de la oreja de Aonung. No se había dado cuenta de lo lindos y pequeños que eran.

– Quiero preguntarte algo que mencionó Lo'ak. Algo que debí haberte preguntado antes.

Aonung arqueó una ceja, sintiendo una extraña sensación apoderándose de él.

– ¿Somos- –Neteyam dejó caer la mano– No quiero parecer estúpido, pero... ¿Nosotros, somos algo?

– ¿A qué te refieres?

Aonung no parecía impresionado y entrecerró los ojos, confundido.

– Bueno. ¿Esto es solo una aventura de verano o...

– No. –Aonung espetó– Sin aventuras. Realmente me gustas.

Su corazón dio un salto... parecía dar volteretas dentro de sí.

Neteyam le regaló otra sonrisa tímida.

– Tú también me gustas mucho.

– Así que, ¿Quieres ser mi novio?

Las palabras simplemente se le escaparon. Aonung tenía la intención de preguntarle apropiadamente, pero no quería apresurarse o asustar a Neteyam, así que estaba esperando el momento adecuado; aparentemente ahora era el momento. Podía sentir el calor en sus oídos y mejillas mientras Neteyam lo miraba fijamente.

Campamento Awa'atluDonde viven las historias. Descúbrelo ahora