Para llegar a Orley Arthur tuvo que si o si pasar por Ornsted para visitar a su querido suegro Preston, el conde al enterarse de los resultados de la guerra sintió que todo sentido común se iba.
Arthur solo le contó como ganó cuando lo hizo jurar por su honor y por los dioses que no le diría a nadie. Así que le contó como usó las armas de fuego a su favor.
Le contó lo que sucedió con los Mallory, que hizo con Elliot y como evitará que la corona se ponga cómica enviando un ejército a su ciudad.
—La familia real debería pensarlo dos veces antes de hacerlo, por eso decidí traer a Lady Emilia conmigo, al ser el general Mallory el afectado las cosas se convierten en un asunto diferente. —Dijo Arthur.
—¡Maravilloso! Nunca habría pensado en semejante plan. Tú, hijo mío, los dioses definitivamente te han bendecido con conocimiento sin par. —Preston estaba muy orgulloso de este yerno suyo.
Arthur asintió con la cabeza y sonrió.
—Aun no creo que se quedarán con los brazos cruzados, así que olveremos a Orley de inmediato, tengo un pueblo que seguir desarrollando y una esposa afligida la cual consolar. —Al pensar en Adela, Arthur suspiró tristemente.
Preston asintió con la cabeza, también estaba dolido por ello, tomó el hombro de Arthur con su mano y le dió ánimos.
Su estancia en Ornsted no duró más de medio día, Arthur quería ver a su amada cuánto antes. Para cuando llegó a Orley ya habrían pasado casi 6 meses sin verla.
{El tiempo que desapareció, el tiempo que tomó viajar y el tiempo que tomó regresar}
La noticia de la victoria llegó a los oídos de todos los ciudadanos y celebraron con ganas, el honor de su señora había sido recuperado y su agresor castigado. No tardarían mucho en escucharse los detalles por cada rincón de Glideric
—Liliana, Faila, cuiden a Emilia mientras tanto, yo... Daré un discurso más tarde. —Dijo Arthur, se notaba su ansiedad por ver a su esposa ahora mismo.
—No digas cosas tan obvias tonto. Ya vete —Dijo Faila con una sonrisa comprensiva.
Arthur asintió con la cabeza y fue directo a su mansión. Ni siquiera se molestó en quitarse la armadura antes de entrar a la habitación donde se encontraba Adela.
Adela estaba sentada en la cama con las sábanas cubriendo su cintura para abajo, simplemente observaba hacia la ventana con una expresión triste.
No había salido de la habitación en todo este tiempo y aunque había estado comiendo bien y su apariencia no había cambiado mucho, en cierto modo se veía demacrada.
Adela miró a Arthur con sorpresa debido a su repentina aparición pero su mirada rápidamente bajó y cambió de nuevo a tristeza.
—Casi 6 meses... Y ni siquiera un adiós antes de irte...
El corazón de Arthur se apretó tanto como su puño. No dijo nada, simplemente se relajó y caminó hasta sentarse en el borde de la cama.
—A-Arthur... Dime la verdad... ¿S-Significo algo para tí o solo era un medio para un fin? —Lagrimas comenzaron a brotar del rostro de Adela.
Ella sacudió su cabeza, se limpió el rostro y miró a Arthur a los ojos.
—¿Me... me echarás y harás como que nunca tuvimos nada? ¿A-Ahora que me he vuelto defectuosa, simplemente tú... Dejaras de verme como tú esposa? —Adela perdió la fuerza para seguir hablando y simplemente comenzó a llorar en silencio.
Los labios de Arthur temblaron un poco sintiendo cada palabra como una merecida apuñalada.
Mientras Adela sollozaba, abrió sus ojos con sorpresa cuando sintió una mano acariciando su mejilla, se encontró con Arthur mirándola con una expresión molesta pero con lágrimas en sus ojos.
ESTÁS LEYENDO
Rey De Reyes - Volumen 1
Fiksi Umum¿Que pasaría si un joven amante de la estrategia, gestión de recursos y supervivencia va a otro mundo ambientado en la edad media dónde los castillos se alzan y las espadas chocan? Pues de eso trata esta historia, Arthur, un joven muy inteligente y...