En la sombra opaca de la vida de Do Seo-ri, la pérdida temprana de sus padres arrojó sombras de culpa sobre su corazón, culpando a su hermana menor, Do Do-hee, por la trágica muerte de sus progenitores.
Sin embargo, la oscura trama del destino da u...
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El sonido de las risas llenaba la habitación, creando un ambiente ligero y alegre. Aquellos jóvenes compartían momentos de complicidad y risas, como si el peso del pasado se hubiera disuelto en el presente. Sin embargo, la puerta se abrió de repente, interrumpiendo la armonía del momento.
Un hombre vestido de blanco, con una bata de médico, ingresó con una sonrisa educada en su rostro.
— ¡Oh, disculpen la interrupción! — saludó amablemente. Las risas se extinguieron, y todos dirigieron su atención al nuevo visitante.
— Soy el Dr. Kang. Solo vine a revisar a Seo-ri y asegurarme de que esté bien después del desmayo. — explicó mientras revisaba su agenda —. Por lo que veo la señorita Do-hee ya fué revisada, así que se puede retirar cuando quiera —.
Seo-ri asintió, aún sintiéndose un poco aturdida por los vagos recuerdos del incidente.
— ¿Te importaría, Seo-ri? — le preguntó el doctor, señalando una silla cercana.
Ella se sentó obedientemente, y el Dr. Kang comenzó a examinar sus ojos con una linterna. Mientras tanto, Jin-woo y Gu-won observaban con curiosidad, preguntándose qué estaba anotando el médico en su agenda.
Jeong Gu-won, sintiéndose intrigado, decidió seguir al médico discretamente mientras se dirigía a la puerta.
— Disculpe, doctor, ¿puedo hacerle una pregunta? — preguntó Gu-won con cautela.
El Dr. Kang se giró y sonrió amablemente.
— Claro, adelante. ¿En qué puedo ayudarte? —.
Gu-won intentó mantener la compostura mientras preguntaba con curiosidad:
— No pude evitar notar que escribía algo en su agenda durante la revisión de Seo-ri — paso sus ojos por el cuaderno—. ¿Podría decirme qué era? —.
El médico rió suavemente, comprendiendo la preocupación del joven.
— No hay problema, Jeong Gu-won. Solo estaba haciendo algunas anotaciones rutinarias sobre su estado de salud — sonrió intentando aliviar la tensión —. Nada de qué preocuparse —.
Sin embargo, la curiosidad de Gu-won persistió, y decidió seguir al médico unos pasos más.
— ¿Seguro que no era nada importante? — preguntó con una ceja levantada —. La seriedad con la que escribía me preocupa —.
En realidad le preocupaba el tatuaje. Si ella moría, pues el tatuaje desaparecia.
¿Pero porque se preocupaba tanto si la chica solo había tragado un poco de agua? Se había quedado un poco más en el hospital, pues estaba algo deshidratada y para algunos chequeos más.
