Capítulo 1 - Sangre y Fuego

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¿Realmente tomó una buena decisión al retar a la naturaleza y volver a la vida? Peor aún, ¿hizo bien en volver a la vida en otra existencia? Las dudas invadían su mente, pero no podría simplemente quedarse en pie, sino que ahora tendría que luchar por la vida que planeaba, y si iba a morir, al menos lo haría intentando luchar.

Su corazón palpitaba rápido, la adrenalina que explotaba dentro de su ser era tan potente que simplemente quería hacer añicos a la bestia que se posaba en forma de ataque delante de él. Era un niño y todo lo que la bestia quisiera alardear a futuro, pero algo tenía bastante seguro, y es que este niño tenía más valor que cualquier otro hombre que posara sobre la Tierra.

El Minotauro hizo gala de su inenarrable velocidad, impactando un fuertísimo cabezazo en el niño el cual no se esperaba ni de broma que una bestia tan pesada como aquella fuera la poseyente de tal rapidez, lo que obviamente no estaba en sus planes.

El niño terminó chocando con un árbol que milagrosamente aún se mantenía en pie, contrario al resto de sus congéneres quienes habían caído por la destrucción de los suelos causada por el enorme toro humanoide. El niño quedó en el suelo escupiendo sangre, tenía unas 3 costillas rotas, daño severo en el estómago e hígado, a su vez de una fuerte ruptura en su columna vertebral.

La bestia desató un fuertísimo rugido que ensordeció al niño el cual, aunque lo intentara, no era capaz de levantarse del suelo. ¿Enserio tan rápido había llegado su fin? Había llegado ese mismo día y, en menos de 2 horas, ya estaba al borde de la muerte. Bastante airado por su pútrida suerte, se levantó poco a poco observando con rabia a la enorme bestia la cual no disimuló su sorpresa al notar que el niño aún seguía vivo.

Ya no se iba a llevar ninguna sorpresa por parte del animal, el cual se puso en pie para atacar al chico ahora sobre 2 patas.

La enorme criatura de 4 metros se lanzó al ataque con el objetivo de darle un fuerte manotazo al niño en la cabeza, lo que probablemente desataría un derrame cerebral y posterior muerte del humano. No obstante, cuán grande fue su sorpresa al observar que su manotazo había sido esquivado con una naturalidad aterradora, haciendo que la bestia pasara de largo.

Al pasar de largo la bestia intentó frenarse usando sus 4 extremidades, lo que consiguió con algo de dificultad. Cuando la bestia humanoide giró su cabeza para ver al niño, observó emanar de sus pupilas un rojo intenso como la sangre cuyo instinto devoraba el alma de cualquiera que no se lo esperase, en este caso, la bestia.

El gran animal que sintió el peligro dio algunos pasos atrás algo desconcertado por el repentino incremento de poder del chico, quien analizaba al animal de pies a cabeza. Los intensos ojos del niño dejaron aquella luz refulgente rojiza, presentando así los verdaderos ojos que el chico poseía.

 Los intensos ojos del niño dejaron aquella luz refulgente rojiza, presentando así los verdaderos ojos que el chico poseía

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Esa pupila... cualquiera diría que simplemente se había vuelto rojo y un aspa había empezado a girar a través de su centro muy parecido al efecto de un átomo hacia los electrones, nada especial; pero el cuerpo de aquella bestia le decía que huyera, puesto que se había metido en serios problemas.

Hombre de Guerra - Yo en DXDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora