El acenso

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Por alguna razón me siento muy nerviosa, es decir, de verdad no tiene sentido porque llevo 6 años trabajando para Modest Management. Ser recepcionista no es algo ostentoso pero me gusta.
Somos la empresa de representación con mayor reconocimiento mundial. Cualquier artista, deportista, cantante, escritor, compositor o productor que quiera ser alguien, acude a nosotros para que su imagen sea diseñada, para que coloquemos su producto en el mercado global.

Al despertar me pareció que los nervios se debían a los cambios en mi rutina. Me asignarán seguramente otro escritorio en otro piso y ya no haré las mismas tareas.
Ayer me mandó llamar Simón, el mayor inversionista y más alto ejecutivo de Modest. Me sorprendió porque nunca antes había solicitado hablarme. Él es reconocido por ser un cazatalentos, tiene fama de estar dotado de una impresionante percepción para identificar el potencial en la gente, así que ¿para qué quería verme a mí, una ordinaria recepcionista?

 Desde el momento en que llegué a su oficina me sentí intimidada, era más grande que mi pequeño departamento completo. Todo aquello me incomodó, me sentía como si estuviera en un lugar al que no pertenecía.
Simon me miraba fijamente desde su asiento, analizándome detalladamente. Había algo tan gélido en él que provocaba escalofríos. Me dijo con voz amable pero fría que pasara. A cada paso me sentía más pequeña y sentada en esa silla de piel tan fina me sentí insignificante.

Nunca antes me había dicho más palabras que buenos días o buenas tardes. En las mañanas cuando llegaba podías sentir su presencia, incluso antes de alzar la vista, sabía que estaba ahí. Siempre me pregunté si ese hombre había sonreído alguna vez.
Comenzaba a invadirme el terror cuando comenzó a hablar, con voz tranquila y calculada, como quien ha tenido esta conversación anteriormente y la ha aprendido de memoria. Como si ya supiera todo de mí y decidiera de antemano que lo que dirá es un hecho irrefutable. Me informó lo siguiente:

-Por tu antigüedad y tu excelente desempeño, hemos decidido que a partir de mañana se te asignará un nuevo puesto en Modest. Después de estudiar a fondo tu expediente y hacer todas las pruebas pertinentes decidimos que tú eres la mejor candidata para cumplir con este trabajo. Todavía no puedo revelarte los detalles de tus nuevas responsabilidades ya que corresponde a los más estrictos criterios de confidencialidad y antes deberás firmar un contrato de silencio. Pero sí puedo decirte que este ascenso, si decides aceptarlo, mejorará tu vida. Ganarás como ejecutiva, conocerás personalidades mundialmente reconocidas, viajarás y verás los lugares más bellos que el planeta tiene para ofrecer. Tu vida como la conoces terminará. Preséntate mañana en el departamento de recursos humanos para que leas los contratos de confidencialidad que debes firmar, te entreguen tus nuevas credenciales y te capaciten en tus nuevas actividades. Puedes retirarte.

Todavía sin asimilar las palabras que bombardearon mi cabeza a una velocidad mayor de la que podía manejar, me puse lentamente de pie y me dirigí a la puerta. Antes de abrirla escuché su voz llamándome una vez más.

-Señorita Adeline. Bienvenida a tu nueva vida.

Asentí con la cabeza sin poder articular palabras y salí rápidamente cerrando con cuidado la puerta. El  corazón me golpeaba el pecho aunque no entendía muy bien por qué, después de todo, fueron solo noticias buenas. Me acababa de decir que me ascendían, que ganaría más, que mi vida mejoraría. Que mi desempeño era tan bueno que me eligieron entre todos los demás para hacer un trabajo tan importante que es ultra secreto. Pero aun así, tenía las manos frías y una punzada de desconfianza me atravesaba el estómago, como presagiando algo siniestro.

Había algo en el tono de su voz y en sus palabras que desencajaba con la situación por completo.
¿Por qué una simple recepcionista asciende de pronto y sin previo aviso hasta un puesto que solo los empleados de nivel A pueden aspirar? Nunca me hicieron ningún examen que sugiriera que estuvieran evaluando mis aptitudes. Me habría dado cuenta si hubiera algún solicitante para mi puesto actual, ¿Quién va a ocupar mi lugar en recepción?  

AdelineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora