Cuando el amor es amor no se mira el color o el sabor...
El amor es amor, eso es lo que es.
A veces vemos cosas que son y cosas que no son.
Pero el amor es esa persona que ve tus cicatrices y aún así se queda a besarlas....
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Pedri estaba por responder hasta que llego al oído de los tres mayores, el ruido de unas pisadas cansadas, ingreso a sus campos de visión Gavi tallándose los ojos con su manita hecha puñito, descalzo, con el cabello alborotado, vestía unos pantalones cortos y una camiseta marrón lo bastante ancha para que le llegase sobre el muslo. Camino hasta llegar a sentarse junto al canario bajó la mirada de sus dos amigos.
— Buenos días —saludó Fermín en tono divertido.
Pablo bufó mirándolo mal, colocó los brazos en jarras para luego recostar la cabeza entre ellos, Pedri llevó una mano a su espalda acariciando tiernamente.
— Joo...que sueñooo —se quejó hundiendo más la cabeza en sus brazos.
—¿Qué te parece un colacao? —preguntó dulce su amiga.
Pablo asintió. Sin más la ojigris se levantó de su lugar para preparar la bebida para su amigo.
— El entreno pasa para la tarde —comentó Fermín llevándose a los labios su taza de café.
— ¿En serio? —cuestionó el canario.
Asintió — Si lo han hecho saber en el grupo hace un rato.
— Joder y yo no sé donde esta mi móvil.
Pablo levantó un poco la cabeza — Está en el escritorio de mi habitación —musitó con una pequeñita sonrisa tirando de sus labios.
— Oh...
Roma se volvió a acercar a ellos con una taza que dejó frente al menor que se incorporo al oler su tan preciado colacao, sonrió en agradecimiento hacia la mayor que le devolvió la sonrisa, estuvieron hablando de muchas cosas y molestándose entre si. Roma se retiro puesto que debía prepararse para ir al trabajo, los tres chicos estuvieron hablando de cualquier cosa, en un momento Pablo apoyo la cabeza en el hombro del canario y el mismo a su vez apoyo la cabeza sobre la del menor, entrelazaron las manos por debajo de la mesa sobre el regazo del mayor, llevándose algunos halagos sobre que se veían muy tiernos por parte de Fermín.
A Pablo le saltó el corazón de la emoción cuando vio lo bien que se llevaban sus personas favoritas en la tierra, para él que sus dos amigos aceptasen la relación un tanto abstracta con el canario era como ganar una Champions no había forma de explicar la felicidad que se había instalado en su pecho.
— Oye Gav —llamó su atención el rubio.
— Si.
— Dentro de unos días es tu cumpleaños 19 ¿Qué haremos? —cuestionó moviendo las cejas haciendo reír al menor.
Se encogió de hombros — No lo sé la verdad.
Se había olvidado por completo que su cumpleaños se acercaba, pero compréndanlo han pasado tantas cosas que por el momento su mente está en otro lugar y cosas como la fecha de su nacimiento pasaron a segundo plano.
