Capitulo 3.

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Capítulo 3

—Bueno... Tengo que ayudar de alguna forma ¿No? —dijo al aire antes de dejar salir una pequeña sonrisa maliciosa, rápidamente busco entre sus mensajes si aun guardaba la conversación de Kim, para su fortuna la encontró así que rápidamente desbloqueo el contacto para después tomar un poco de aire antes de encender el audio.

Cerro los ojos e imagino que su Phi Jeff estaba frente a él sonriéndole, disfrutando de ese silencio que se formaba entre ambos antes de que alguno de los dos lo rompiera de forma preciosa.

Me derrito por dentro, cada vez que estas cerca de mi... No puedo detenerme, como si mi corazón estuviera a punto de explotar... Siento que me estoy alejando... Haces que mi corazón se acelere... No puedo soportarlo... Debería decir todo lo que tengo en mente... —comenzó a cantar suavemente sin abrir los ojos, para poder seguir imaginando la sonrisa que su Phi Jeff tendría si lo escuchaba cantar —Así recojo todas las palabras que significa amor... Palabras que desbordan en mi corazón... Es la melodía que quiero que escuches... —siguió tarareando un poco más antes de mandar el audio.

¿Cómo reaccionara Kim cuando lo escuche? No lo sabía, pero estaba curioso por eso. Tomo aire antes de escribir un mensaje.

Una canción no va repararlo todo... Phi Kim.

Comenzó a reírse un poco antes de borrar rápidamente los mensajes, para su sorpresa alcanzo a ver como su mensaje escrito si había sido visto antes de ser borrado, aunque desconocía si realmente lo había alcanzado a leer, en cuando vio como Kim había comenzado a escribir es que volvió a bloquearlo, permitiéndose reír un poco más al imaginar la cara que pondría su Jeff si le hiciera eso, con mejor animo es que dejo su celular en la cama y caminar hacia el cajón donde encontró el extraño diario.

Una vez en sus manos camino hacia la puerta para ponerle seguro ya que desconocía que era lo que ese cuaderno podría tener en su interior, paseo las páginas con cuidado solo viendo la letra del dueño de ese cuerpo, notando que su letra era diferente, la de Porchay era un poco más pequeña, por lo que tendría que practicar un poco, esperaba que en esta ocasión la memoria del cuerpo le ayudara a poder imitar la letra de Porchay, junto con que el daño en sus muñecas fuera una excusa válida para su ligero cambio de letra, si es que alguien ponía cuidado a ello. Realmente el diario no tenía mucho contenido hasta donde lo había mirado, así que regreso a las primeras páginas para comenzar a leerlo.

Dia xxx

Realmente no sé porque tengo que hacer esto, mi psicólogo me regalo este cuaderno y me pidió que escribiera todos los días, se me hace algo un poco tonto, pero creo que es mejor escribir aquí y "contarle" mis problemas a un trozo de papel que a una persona que no me conoce, y que no conozco. Que dice que va a ayudarme, pero sé que solo hace eso porque mi hermano le paga para que finja ser mi amigo, solo porque es su trabajo... Un maldito trabajo, jugar con las personas, hacer que nos abramos a él y después cuando termino su trabajo nos dejara y seguirá con el que sigue, porque ese es tu trabajo. Su maldito trabajo.

No sé en qué me ayudara escribir aquí todos los días, pero si pienso que es mejor, siempre y cuando nadie lo lea... Seguro que lo terminare quemando de todos modos. El punto es que lo lleve y deje que él lo lea, si claro, dejar que lea todo y sepa todo ¿Para qué? Para que se lo cuenta a mi hermano... Porque para eso le pagan ¿No? Ya que ese es tu trabajo.

Barcode dejo de leer cuando escucho como tocaban la puerta, su mirada de poso en la puerta esperando a que la persona que estuviera tocando se anunciara.

—Mi dulce... ¿Podemos hablar? —la voz de Khun se escuchó antes de volver a tocar la puerta, el menor cerro el diario y lo dejo en su lugar antes de caminar hacia la puerta para recibir al mayor.

¡No puedo mas! - ¡Pero Yo si!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora