❝Raiden Kunikuzushi es un omega que está acostumbrado a tener siempre una cuchara de oro en la boca, nunca ha hecho nada demasiado arduo y su único deber es ser el rostro artístico de la gran empresa de perfumes que manejaban su hermana y su madre.
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❝Cocinando en la cocina y después estoy en la habitación❞
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Kunikuzushi estaba decidido a hacer algo por su alfa, ¿qué mejor opción que deleitar su estómago con una deliciosa comida? Nunca en su vida había cocinado, lo máximo que había hecho era un sándwich simple de tomate y lechuga como aperitivo durante las pasarelas en las que participaba como modelo.
Al decidir esto no quiso esperar más, durante el trabajo de su alfa decidió ir rápidamente a una librería y compró varios libros de cocina, recetas paso a paso, consejos y varios detalles sobre la cocina, compró alrededor de diez libros diferentes con distintos tipos de comida, incluso del extranjero.
El omega volvió a casa muy feliz, saludó a las dos nuevas sirvientas y entró en la cocina con libros en mano, las dos betas hicieron una sentida reverencia antes de volver a sus deberes de limpiar la casa. Ambas sabían del amor que Kazuha le tenía a su omega, Kunikuzushi tampoco era malo con ellas, por lo que estaban decididas a atenderlo bien, no entendían como esas dos mujeres anteriores dejaron pasar maestros tan buenos.
Fueron contratadas para atenderlo después de todo, quejarse no tenía sentido, menos con la generosa paga que se les daba, incluso el índigo al igual que el albino les compraban algunos regalos para sus hijos en casa, ellas estaban muy felices y satisfechas con el trabajo.
Las dos se sonrieron al ver al omega ingresando a la cocina mientras analizaba las recetas en sus manos delicadas y delgadas, siguieron limpiando mientras de vez en cuando daban un vistazo al maestro, cuidando que todo vaya bien.
Kunikuzushi estaba totalmente centrado en las palabras frente a él, no notó a las dos mujeres mirándole, analizó con seriedad la receta y tomó mientras leía los ingredientes y objetos necesarios para prepararla con éxito. Era una receta simple de pancakes con mermelada de fresa, bastante fácil de hacer.
Primero echó la harina en un bol de plástico, luego azúcar, una taza de leche fresca y un par de gotas de vainilla, se sintió bien al ver la masa volverse esponjosa con cada vuelta que daba con la cuchara.
Colocó la masa en el refrigerador y echó una gota de aceite en un sartén redondo, encendió una hornilla y dejo unos minutos a que el sartén junto con el aceite se calentaran.
Sacó la masa del refrigerador y, con una cuchara, echó un poco en el sartén caliente, lo regó hasta que se volvió un redondo perfecto.
Sonrió al ver su obra maestra, justo entonces llegó un mensaje en su teléfono, bajó un poco la llama de la hornilla para evitar que el panqueque se quemara y atendió el mensaje, que era de su esposo.
Zuzu ♡︎
Amor, voy a tardar un poco más en llegar, deberías almorzar primero, llegaré para la cena.
El omega suspiró un poco decepcionado, pero entonces pensó que tal vez podría llevarle un aperitivo a su alfa mientras trabaja, ya lo había hecho antes, solo que esas veces la comida era hecha por la cocinera y no por él.
