El agua cayendo, la pequeña cascada testigo de los crímenes borrando aquellas huellas que le inculpaban, arrastrando la sangre, deshaciéndola hasta desaparecer completamente de aquellas manos, de aquel cuerpo oculto en el alba. Un ser se movió, a su alrededor cadáveres de nadie, rostros irreconocibles aterrados tras la agonizante muerte, y en la cabeza de su asesino el vacío. Al salir el sol sólo quedó la muerte en aquel paraje que más tarde invadirían policías y periodistas.
-¿Te vas a acabar eso?
Shadow se giró a su espalda, Rouge un poco encima de él señalando un trozo de pastel que Shadow no había tocado.
-No ¿lo quieres?
Rouge asintió con la cabeza sonriendo, Shadow se echó un poco a un lado del banco, dejando sitio a Rouge para que se sentase, ella lo hizo, estiró del plato hasta tenerlo delante y comenzó a comer delicadamente,miróa Shadow, que a su vez la miraba a ella, medio sonriendo.
-¿Qué? me lo has dado...
-Sí, sí, tranquila, come...
-¿Y para qué me miras entonces?
Shadow miró al frente, sin cambiar su expresión, Rouge se le quedó mirando un poco más, notaba su cuerpo algo pegado al de Shadow, su brazo más que nada, se miró el brazo y aunque quiso apartarlo no pudo, no le importó, sentía que tenía la suficiente confianza con el erizo negro como para quedarse así, no se sentía incómoda ni nerviosa, cogió con el tenedor un pedazo de pastel.
-¿Seguro que no quieres más?
Poniendo una mirada seductora, dirigió el tenedor señalando a Shadow, él se giró hacia ella con algo de malicia, o al menos era una mirada que no podía ocultar a los ojos de Rouge.
-¿Quieres que se me pongan las caderas como las tuyas?
Tras la broma acercó su cabeza mucho hasta ella, se quedó ahí un momento, separando sus caras sólo dos centímetros, pero ninguno de los dos cedió terreno, hasta que Shadow se acercó al tenedor y cogió con los dientes el pedazo de pastel que ella le ofrecía, sin dejar de mirarla a los ojos, luego se volvió a sentar como estaba antes.
-¿Qué les pasa a mis caderas?
Rouge dejó el tenedor en el plato y se puso de pie en el banco, dando una vuelta sobre sí misma.
-Yo-soy-perfecta
Canturreó haciendo poses ante las ocultas risas de Shadow.
-Siéntate que aún se caerá "la perfecta" ¿cuándo decidiste quitarme el título de forma de vida más perfecta?
-Yo siempre lo he sido...
Rouge se volvió a sentar.
-Lo admito, no le pasa nada a tus caderas, estás muy bien.
Shadow le giró la cara.
-Uh... ¿qué pasa?
Rouge le giró hacia ella, apoyando sus rodillas en el banco, sus manos una a cada lado de Shadow, mirándole sensualmente desde abajo.
-¿Acaso te has enamorado de mí, me quieres?
Shadow tenía una sonrisa más leve, los ojos entrecerrados, pero de pronto estalló en carcajadas.
-Ja, ja, ja ¿qué te pasa? hace una semana te paseabas por el club histérica perdida gritando "¡ese equidna idiota que por mucho que se lo insinúe no es capaz de darse cuenta de lo que siento por él!" y ahora andas tonteando conmigo...
Tocado y hundido, Rouge se separó de Shadow agachando levemente las orejas.
-Oh, vamos, sólo estaba jugando, no hacía falta me tocases los puntos débiles...
Shadow se dio cuenta, ella se había sentado de espaldas a él, un poco encogida de hombros con su cabeza agachada, dio un resoplido, no quiso pensarlo, pero lo hizo "tonto, tonto, tonto" se repitió dentro de él aquella palabra, le puso una mano en el hombro para llamar su atención, ésta se giró levemente, notando los brazos de Shadow atraerla hacia él.
-Perdona, te he tocado la fibra sensible ¿verdad?
Rouge notó aquellos brazos negros rodeándola, atrayéndola más hacia él, abrazándola fuerte, meciéndola un poco, así que apoyó su cabeza en el hombro de Shadow, sintió que la depresión era más fuerte que ella, no pudo ni responder a la pregunta de Shadow.
-¿Rouge, estás bien?
Pero contra más le preguntaba, más fuerte se aferraba ella a su cuerpo negro, ocultando tan bien como podía su gimoteo.
-¿Ha pasado algo que deba saber?
-Es que...
Rouge comenzó a llorar.
-De verdad que es un idiota...
Gentilmente, Shadow le acarició el cabello, la separó un poco para que le mirase a la cara.
-¿Me lo cuentas?
Su carita empapada por las lágrimas, al contrario que otra gente que había conocido Shadow, no se había desastrado, al contrario, tenía un aspecto muy dulce, vulnerable.
-Pequeña... puedes confiar en mí.
Dijo dulce Shadow apoyando su frente en la de Rouge, acariciándole una mejilla con su mano, ella pareció calmarse un poco para poder comenzar a narrar.
-Fui a verle... lo necesitaba... llegué hasta su isla y me planté frente al templo de la ME, pero no tuve el recibimiento que yo esperaba... ni me saludó, lo único que dijo fue "no te atrevas a tocar mi esmeralda"
Shadow escuchó minuciosamente aquella historia.
-¡Pero si ni le había hablado de su estúpida esmeralda ni de su estúpido destino! sólo quería verle... pero no me creyó, discutimos, y me tuve que ir...
-Espera, espera...
Shadow se separó de golpe.
-¿Eso fue el miércoles pasado?
Hizo referencia a un día en concreto de la semana pasada.
-Eh, sí...
-¡Joder, Rouge! pero si fue cuando volviste a casa con aquel golpe tan feo en la cara y con el labio sangrando
-Sí... lo sé...
Shadow se puso en pie.
-¡Será cabrón!
-No hace falta que le insultes.
Rouge se puso en pie secándose las lágrimas que aún le caían por el rostro.
-No le protejas ¡te pegó, eso es imperdonable!
-Él no quería hacerme daño, es sólo que a veces no es consciente de su fuerza (de todas formas yo le pegué primero).
-Queriéndolo o no, él es el culpable de esto.
Shadow pasó un dedo por la mejilla de Rouge imitando el recorrido de una lágrima, Rouge se quedó quieta un momento, luego tomó la mano de Shadow, evitando que se separase de su cara, le miró dulcemente, se acercó y le volvió a abrazar, besando su mejilla, quizás más cerca del labio de Shadow de lo que ella pretendía, pero lo suficiente como para hacer girar el corazón de Shadow, y por ello, cambiarle.
-Gracias por escucharme, me gusta mucho estar contigo, ojalá siempre pudiésemos estar así...