— ¿A donde vas ?
Me detuve enseguida al escuchar esa voz , nunca la había oído.
Volteé a ver. — T-tengo hambre.
El chico frente a mi me miro a la cara y después bajo la mirada despacio, cuando llego a mis piernas aparto la mirada de inmediato.
— Perdón. —suspiro y me hablo con los ojos cerrados. — Si te vistes puedes bajar al comedor , Katsuki te dio permiso .
— ...ah... — Dije algo confusa .
Tenía el cabello rojo puntiagudo al igual que sus ojos.
— ¿Que hago si no tengo ropa ?
— ...Buen punto . Espera un minuto —se fue corriendo.
El chico no regreso en una hora. Mi estómago estaba que moría de hambre después de todo solo comía 1 o 2 veses al día.
Estaba sentada esperando a ver si volvía, definitivamente volvió.
— Perdón. Me tarde más de lo que pensé. — Estiro sus brazos ofreciéndome una toalla , shampu , jabón y ropa limpia .
—¿ Es para mi ? . — pregunte atontada .
— Si , ve a bañarte y cámbiate. —Suspiro.
— ¿En el baño de Katsuki?... —Dije dudosa.
— Si .
Lo miré y entré a la habitación nuevamente, solo me bañe 7 veces durante el tiempo que llevo aqui . Me desencadenan 3 veses al día para ir al baño y es horrible.
Suspire y entré al baño de Katsuki , era muy lujoso y amplio , incluso tenia un yacusi . Me metí a la bañera y dejé que el agua tibia cubriera mi cuerpo , nunca hubiera apreciado esa sensación tanto como ahora.
En media hora salí de bañarme, me cambie , seque mi cabello y camine con los pies descalsos a la puerta , el chico aún estaba ahí.
— Creo que ya está .
— Ya era hora . — Me miro. — ¿No quieres un peine ?
— Lo quiero .
El me ofreció uno y yo lo tome , cepille mi cabello aun húmedo mientras lo miraba.
— ¿Como te llamas? .—pregunte.
— Kirishima, Ejiro Kirishima . —Me regalo una sonrisa.
— Yo me llamo ____.
— Ya lo sabía.
¿Eh?
Termine de peinarme y deje el peine en la cama de Katsuki .
— Oye , sígueme. — El chico camino por la mansión.
Fui tras el pisando las baldosas frías.
El bajo por una gran escalera que parecían de madera con bordes de vidrio. Extravagante.
Baje con cuidado siguiéndo al chico , él llego al comedor de la mansión que era enorme , los platos ya estaban servidos . Me quedé parada en la entrada.
— ¿Que pasa ? Siéntate.
¿Que carajos hacia en el comedor de la gente que mato a mi familia? .
Estaba dudosa y algo enojada. No quería estar ahí pero se me hacía agua la boca al ver la comida.
— Oye. Siéntate, los demás van a llegar . — Dijo el chico pelirojo ; al ver que no me movía se levantó y me jalo del brazo a una silla e hizo que me sentará.