Prólogo

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Suspiraste aliviada al ver la casa de tu infancia, está vez te pertenecía a ti.

Tus padres habían muerto en circunstancias un poco extrañas a decir verdad; con las llaves de la casa te dejaron una nota.

«El cuarto blanco»

Era lo único escrito en el papel arrugado y lleno de tizne.

El sonido de tus pasos era lo único que las paredes de la edificación había escuchado en un buen tiempo, todas las habitaciones eran de color beige, no había ningún cuarto blanco a primera vista.

Frustrada golpeaste una pared y caíste dentro de un cuarto blanco, diste un gemido de dolor, tu espalda había chocado al caer con una televisión análoga.

Finalmente lo encontraste, el cuarto blanco, solo había una televisión y una caja llena de polvo; fuiste a buscar un trapo y unas letras aparecieron en la caja.

"KTRNRIN" La oración había sido comida por el paso del tiempo e insectos.

Una explosión de polvo te hizo toser al abrir la caja, al bajar el polvo se reveló su contenido, cintas, cintas VHS y un reproductor, también había unos peluches uno de conejo y otro de hurón, el de hurón estaba dañado en los brazos, como si lo hubieran cortado y el conejo tenía la mitad del rostro quemado.

El cuarto blanco era la única evidencia a investigar que tenías.

Pasaste el trapo húmedo por la primera cinta VHS rogando que no estuviera dañada; de reojo divisaste una sombra que se formaba en una esquina del cuarto como si fuera un vacío creciente.

El miedo te gana, y dejas la cinta y el cuarto con la promesa de volver.

Dejando al pasado oculto en el vacío una vez más.

Dejando al pasado oculto en el vacío una vez más

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In The White RoomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora