Un pequeño omega de cinco años, salió corriendo de su habitación y gritando emocionado.
—¡Papi, papi...!
—¿Sí, hijo—Xavi volteó a ver a su cachorro, mientras comía algunas uvas.
—Me enamoré.—Soltó el niño provocando que su padre se atragantara, su madre tuvo que correr a ayudarlo, la uva fue a dar directo a una lámpara.
—¿Estas bien papi?
—¿Qui-quién es?—Gruñó el alfa.—¿Quién quiere llevarse a mi cachorro?
—Es él.—El niño señaló una vieja foto que había encontrado entre las cosas de su padre, el mayor soltó una carcajada y cargó al niño sentandolo en su pierna.
—¿Me cuentas otra vez su historia?
—Por supuesto, te contaré como Robert Lewandowski, hizo cinco goles en nueve minutos.
Así el alfa empezó a contar las hazañas del futbolista favorito de su hijo, este escuchaba emocionado.
—¿Y por qué no lo traemos aquí? Dijiste que él juega muy lejos, donde hace frio, posiblemente tenga frío, así que le llevaré mi mantita.–El mayor sonrió al ver la inocencia del pequeño.
—¿Sabes que? Es buena idea, si quieres puedo conseguir una camiseta firmada y te lo daré como obsequio.
—Pero yo quiero a mi alfa...—Dijo el niño haciendo un puchero.
—Tendrás la camiseta cariño y tu alfa siempre vivirá aquí.—Señaló el pecho del niño.
—Nunca dejes de amar Lewandowski hijo, no te enamores nunca de otro alfa.
—No lo haré.—Dijo el niño muy seguro y así cerraron su promesa por el dedo meñique.
12 años después.
—¡Gavi!
El joven omega se removió en la cama, ¿Porqué su padre lo despertaba a las 9 de la madrugada? ¿Qué mal estaba pagando? Ni tan siquiera se cambió de ropa, salió así con su cabello alborotado y usando su pijama con dibujitos de la bandera de Polonia.
—¿Por qué tanto escándalo?—El menor abrió los ojos con sorpresa, todo el sueño se fue, frente a él estaba un alfa de ojos azules, muy guapo y además usaba la camiseta de su club, Barcelona.
—Traje la camiseta y a Lewandowski.—Dijo el mayor con orgullo.—Tenías razón, y...
—¡Aahh! ¿Qué te pasa? ¿Porqué me haces esto?—El joven subió las escaleras de regreso a su habitación.
—¡Pablo!
—¡¿Por qué no me avisaste?!
—¡Porque quería darte una sorpresa!-El mayor volteó a ver al Alfa.—Disculpa el drama.
—Creo que no le caí bien a tu hijo.
—Por supuesto que sí, él te admira, seras como su hermano mayor, ahora vamos te mostraré tu habitación.
Tres horas después estaban todos almorzando, Gavi aún se sentía avergonzado, esperaba que Robert olvidará esa primera impresión, ambos cruzaron miradas por unos segundos, el castaño sonrió y pudo notar un leve sonrojo en las mejillas del Alfa, al terminar, el invitado se ofreció a limpiar, él se ofreció a ayudarlo, mientras secaban los platos sus manos se rozaron, ambos se vieron directamente a los ojos sintiendo esa conexión.
Algunas horas después.
—Papi...—Gavi se acercó a su padre quién estaba leyendo el periódico, inmediatamente lo volteó a ver.
—Me enamoré...—Un Deja vu vino a la mente del mayor, rápidamente llegó a una conclusión.
—¡Lewandowski!
El mencionado quien estaba podando el jardín, se tensó al escuchar su apellido, sin darse cuenta cortó algunas flores, solo se escuchó el grito de Iniesta.
—¡Mis rosas!