Narra Leo.
Escucho un ave que canta en mi balcón y eso me hace despertar. Siento un peso a lado de mí y veo a mi Lili, a mi chica de cabello oscuro que me trae loco. Sonrío satisfecho.
Eres un hijo de puta con una maldita suerte, Leo.
La veo respirar profundo, tiene sus labios levemente separados y aguanto una risa cuando veo el rastro de saliva en la comisura de su boca.
Observo la ventana y según la luz, calculo que han de ser las 6:30 o 7 de la mañana.
Podría pararme y traerle el desayuno en la cama, sí, buena idea.
Con movimientos lentos me separo de mi Lili, ella no lo nota y sigue durmiendo, en un lapso de cinco minutos, me estoy poniendo un pans y una playera.Amarro mi cabello con una liga y comienzo a cocinar. Se me antoja un omelet, le pongo champiñones, queso y espinacas.
Corto unas fresas y mango. Ayer me comentó que eran de sus frutas preferidas.
En 30 minutos acomodo todo y lo llevo en una mesita.-Lili...-le hablo, pongo la mesita en el piso a lado de la cama. Ella solo gime y se voltea hacia otro lado.-Lili traje el desayuno.-Ella de repente se voltea y se sienta en la cama, se pasa las manos por el cabello y acerco el desayuno.
-Guau, Leo... muchas gracias-me susurra, se ve contenta y dichosa.
-No tienes que darlas. Me encanta saber que te hago feliz-sonrío satisfecho.
Le paso la mesita y el mío lo acomodo en mi buró.
Desayunamos en silencio. Ella piensa en algo, lo sé, ayer también tenía esa cara.
-¿No te gustó, Lili? ¿Te preparo algo más?-La saco de sus pensamientos con mis preguntas, ella niega.
-Todo está delicioso.
-¿Estás triste?-Vuelvo a preguntar, quiero saber qué la tiene pensando.
-No, no. No es eso.
-¿Pasó algo? ¿Fui muy rudo ayer? Puedo ser más suave, Lili.
Ella de repente frunce el ceño.
-Dime algo, Leo.-asiento.-¿Fuiste muy suave conmigo ayer?
Comienzo a pensar en la respuesta y la primera que me viene es responderla afirmativamente. Pero la verdad es que cuando estuve dentro de ella me descontrolé un poco, luché con mi bestia interior, que sólo quería soltar su semen dentro de ella, pero sé que la mayoría de mis amigos no sabían que ellos pueden ser papás, pero yo sí sé. No tendría cara para ver a Lili a los ojos si la embarazo siendo que yo sé que había posibilidad. Por eso me puse el condón.
-Sí, fui suave, Lili. No te quería lastimar y que no lo disfrutaras.-Ella baja la mirada.-Pero cuando estuve dentro de ti, perdí un poco el control y no me contuve. Si es por eso que estás triste, perdón, Lili.
Ella asiente.
-No estoy triste, Leo. Y en verdad valoro que estés al tanto de mis emociones.-se detiene un momento para respirar y continúa- Una vez tuve una reunión con las hembras en sus departamentos. Me dijeron que regularmente los machos son rudos y hasta a veces intentan sacarles sangre, debo admitir que me asusté. Y siempre pensé que no me podría enamorar de un especie. No saldría complacido de mí y no podría defenderlo de otras hembras si ellas quieren tomarlo.-aguanto todo lo que puedo un gruñido-Ayer fue la noche más bonita y placentera que he tenido en mi vida-eso me relajo y aflojo mis puños. -Pero tal vez para ti, no.
Maldición. No sabía que todo esto rondara en su cabeza.
-Lili, los machos especies cuandos se sienten conectados a su pareja intentan marcarla, es cierto. Es instintivo, no sé qué necesidad tenemos, pero en el momento no pensamos y queremos hacerlo.-Veo mi mordida en su hombro-Por eso yo... ayer te mordí.-Se ve sorprendida y frunce el ceño extrañada.
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Leo. Nuevas Especies
RomanceLa historia es mía y la creación de los libros de las Nuevas Especies es de nuestra diosota Laurann Dohner. Espero les guste.