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Su rostro estaba muy cerca del mío, su penetrante miraba me observaba atento esperando una respuesta de mi parte, yo por mi parte estaba algo confundido y desconcertado, de todos los estudiantes que hay en la escuela jamás me había imaginado que sería Ricky uno de los que vendrían por mis consejos, bueno él me pidió algo diferente.

— ¿Encontrarte una qué...? ¿Una cita? - Ni siquiera hice el esfuerzo de disimular mi confusión, mi mirada tampoco cambió mucho. Mis amigo siempre me dicen que suele expresarme mucho a través de mis muecas, no sé si eso es bueno o malo.

— Si. - Respondió directo, aunque sinceramente no esperaba una respuesta más larga de su parte.

Traté de imaginarme como sería Ricky teniendo una cita, me costó bastante la verdad pero ni siquiera pude visualizar cómo se vería físicamente esa persona, con la percepción que yo tengo de Ricky me es muy difícil imaginármelo enamorado de alguien o teniendo una cita.

— En este momento estoy algo ocupado con las personas que vienen conmigo por consejos ¿Ahora también tengo que jugar a los cansamientos? Tampoco soy un mago. - Traté de que mi tono de voz no sonara tan enojado o fastidiado, a pesar de que no estoy enojado pero lo de la cita se me hizo algo muy excesivo.

— ¿Puedes o no? - Bueno, el tono de voz de Ricky tampoco es muy amable, pero eso ya es natural de él, supongo.

— Además, no nos conocemos lo suficiente como para ayudarte en eso... 

De igual forma, no tengo tiempo para estar haciendo ese tipo de favores, doy consejos pero eso no significa que me gusta ser el conductor de un programa como mitad y mitad.

Yo no lo voltee a ver, no sentía la necesidad de hacerlo sobre todo si no lo iba a poder ayudar, pero de reojo vi como él también se volteó y fijó su mirada en el suelo, quitando su mirada de mi.

— Bueno... No creo poder ayudarte. - Me levanté de las gradas donde estábamos sentados y tiré la botella de agua que me terminé sin darme cuenta. — De todas formas, gracias por el agua.

Esas últimas palabras fueron con las que me despedí de Ricky, empecé a caminar de regreso al salón porque se nos fue el tiempo hablando y ya se había terminado la clase de educación física. 

No me puedo permitir distracciones cuando mi prioridad número uno es Gunwook.

Cuando entré al salón mis amigos ya estaban acomodando los bancos para la clase de literatura, no me gusta que el maestro quiera que nos juntemos en equipos para la clase, de esa forma se me hace más aburrida la clase.

— ¡Oye! ¿Dónde te habías metido? - Me preguntó Gunwook apenas me vio entrar al salón.

— Yo lo vi caminando con Ricky hacia las gradas. - Seungeon respondió por mi mientras se sentaba en su banco.

— Es el que se mudó a mi antigua casa ¿No?, ¿Se volvieron cercanos desde entonces?

La pregunta de Gunwook me sorprendió un poco, se lo pregunta como si ya hubiéramos otras mil veces.

— ¿Qué es esa pregunta? Él fue quien me habló primero diciendo algo de... No  importa, solo lo evité. 

Preferí no decir nada sobre mi plática con Ricky, de todas no tiene importancia en mi amistad con Gunwook. Me di la vuelta y me dirigí a los casilleros para ponerme el uniforme normal y quitarme el de educación física.

— ¿Estás seguro de que no te golpeó? Parece alguien intimidante. - Preguntó Seungeon con burla una vez me fui a sentar a mi banco.

— Estoy seguro, a parte no creo que sea posible que me golpee sin que me de cuenta. - Respondí con el mismo tono que Seungeon.

Gyuvin en la clase 2 ¡! RyuvinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora