13. Todo terminó

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Tras quedarse a solas con Kyle, Gordon volvió a ocupar la silla en la que estaba, preocupado por si eran malas noticias que no se había atrevido a contar delante de su hijastro.

—No es nada malo—le aseguró Kyle al ver su gesto de preocupación—Solo quería darte algunos consejos. Debes procurar que no hable con su hermano sobre lo que os he contado. Mañana en el juicio se sabrá la verdad, y luego que Tom tome la decisión que quiera. Seguir con Amanda o...

Dejó la frase en el aire. Estaba claro que si Tom no lo hacía, Simone iba a denunciar a Amanda, por meterse en medio de sus dos hijos, por engañar al mayor y hacer tanto daño al pequeño.

—Comprendo, le diré a Bill que no salga de su habitación hasta mañana, y a Tom...bueno, ya se nos ocurrirá algo—murmuró Gordon no muy convencido.

Kyle le sonrió y se levantó dando por terminada su privada charla. Salieron de la sala y se encontraron con David que regresaba de haber dejado en el coche al cantante. Se despidió de Gordon y se volvió cuando Kyle le tocó en el hombro.

— ¿Puedo hablar contigo también en privado?—le pidió señalando la sala.

David asintió y entró tras él. Cerró la puerta y tomando asiendo de nuevo esperó a que le hiciera esa pregunta que tarde o temprano le iba a hacer.

— ¿Por qué has mandado a Bill a su casa? ¿Te dio algún problema más?—preguntó Kyle con curiosidad sentándose a su lado.

—Se le veía muy deprimido, y nadie mejor que su madre para consolarle y apoyarle—contestó David cruzándose de brazos.

—Me ha dado la impresión de que estabais peleados, no sé—murmuró Kyle entrecerrando los ojos.

— ¿Peleados?—repitió David fingiendo no saber a qué se refería— ¿Y por qué crees eso?

—Te has pasado todo el rato sin mirarle, por más que él se esforzara en que lo hicieras o le dirigieras la palabra—explicó Kyle.

—Son cosas tuyas—murmuró David sin atreverse a mirarle—No me he peleado con Bill.

Kyle no se podía conformar con esa respuesta, sabía que había algo más. Algo grave había pasado para que de la noche a la mañana hubiera echado de su apartamento al joven cantante. Era el mejor abogado que podía haber en toda Alemania y sabía detectar cuando se le estaba mintiendo. Como en esos momentos, David le hablaba sin mirarle a los ojos porque sabía que no podía hacerlo sin que viera la verdad en ellos.

—David...—llamó Kyle en voz baja— ¿Qué has hecho?

Pero David no pudo contestarle, solo apoyó los brazos en la mesa que tenía delante cubriéndose la cara con ambas manos y soltó un profundo suspiro tras ellas. Era inútil seguir mintiendo, Kyle era además de su ex amante uno de sus mejores amigos y solo quería tratar de ayudarle en esos delicados momentos.

—Lo siento mucho—susurró David entre jadeos—No pude evitarlo.

—Pero...es menor de edad—susurró Kyle poniendo una mano en su brazo para que le mirara— ¿No lo has tenido en cuenta?

— ¡Claro que si!—dijo David descubriendo al fin su cara y mirando al abogado—Tiene 17 años, recién cumplidos. Llevo cuidado de él y de su hermano desde que eran unos niños. Nunca antes me había fijado en él en ese sentido pero estos días han pasado muchas cosas entre nosotros y no he podido evitarlo. Bill se sentía mal y yo sólo quería consolarle, es la única explicación que te puedo dar.

—Y por eso ahora no puedes mirarle a la cara—murmuró Kyle.

—No le puedo mirar porque sé que he metido la pata hasta el fondo—dijo con firmeza David poniéndose en pie—He cruzado una línea que jamás debí cruzar, y le he hecho mucho daño al hacerlo.

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