PROLOGO

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En un pueblo lejos de la ciudad, escondidos entre la arena desértica, los pueblerinos estaban revolucionandose contra un chico de fuego...

─¡Monstruo! ¡Asesino! ¡Debes morir!─ Los gritos sonaban desgarrantes, a punto de soltar sus lagrimas por las muertes de aquellas inocentes almas.
Su furia fue mas allá como el mismo fuego encendiendose al verlo reirse eufóricamente a causa de los lamentos de inocentes. Su falta de empatia lo hacia ver aun mas culpable.

─¡Sucia rata! ¿Crees que es divertido? ¿Y se hacen llamar 'Destinarios'?─ Los golpes venian de todos lados. La gentuza estaba como loca, desahogando sus llantos y odios en una sola persona.
Aquel hombre con el poder de controlar las llamas y el fuego que nunca se apaga. Mala idea tener que usar antorchas como señal de revuelo.

─El odio, es un sentimiento muy interesante.

─¡Deja de hablar, ni siquiera te levantes de allí!─ uno de ellos aprieta su cabello con mucha fuerza, evitando que el que está de rodillas y desnudo, se ponga de pie.
Los murmuros y los gritos hacia el desconocido destinario eran cada vez mas fuerte, fortaleciendo la ira de las personas, incitando a la violencio.
Pero, una cualidad que los usuarios de fuego tienen es que Jamás los veras tristes.

Su sonrisa era la unica en medio de muchas caras tristes y molestas. Y fue la unica risa a la que pudieron temer. Pero, él no es malo, simplemente es un rebelde y terco chico que no mide sus consecuencias.

Lo que realmente pasó en ese pueblo fue un ataque ocasionado por los demonios oscuros llamados devoralmas. Aquellas formas nacidas de la misma oscuridad, deseosas de la carne sin Astro. Aquellas bestias que solo saben comer y comer, y no pararan ni aunque se sacien de todo el festin que puedan devorar. Son tan salvajes que cada vez llegan a ser mas y mas peligrosos. La ventaja en ellos es que carecen de inteligencia y solo siguen su instinto depredador.
Solo una fue capaz de acabar con la mitad de los citadinos de este pueblo pequeño y cuando el destinario llego a proteger ya habia llegado algo tarde.
Las personas debieron agradecerle por salvarlos a ellos, pero su actitud inhumana hizo que fuera el culpable de la destrucción al pueblo por ser un descuidado.

─Él trajo al demonio a nuestro pueblo, incluso debe estar relacionado con ellos, ¡Miren sus colmillos!─ quedaron sorprendidos al ver que un humano tuviera esas caracteristicas: colmillos grandes, ojos con pupilas pequeñas y sus puntiagudas pero no largas orejas.

Y no podemos dejar de hablar de su sonrisa poco agradable. Incluso estando de rodillas, desnudo y sucio en el suelo, no paraba de reir, lo que creaba una tensión diabólica en su alrededor.

─¡Acabemos con él, no dejemos que se vaya despues de toda la destrucción que hizo!─ el mismo hombre que lo tomaba por las greñas, grita aterrorizado y adolorido despues de sentir un gran ardor inmenso en su mano derecha.

La muchedumbre confundida se pregunta que fue lo que le paso y al ver lo que realmente sucedio, su temor empezó a intensificar hasta el punto de algunos salir corriendo.
Su Mano, yacia derritiendose poco a poco como si de un helado a altas temperaturas se trataba, su piel y sus musculos se desprendian, capa por capa hasta llegar a su hueso que, igualmente empezó a derretirse.

Esta magnitud de poder infernal era tanta para un humano, incluso para un usuario de Astro. El chico sonrie aun más y como ya no estaba en buenos terminos con esos pueblerinos, solo decidio levantarse y dejarlos ver su gran tamaño (De altura). Su cabello fue el causante de la perdida de la mano de ese hombre, al verlo que estaba llameante y de un color rojo brillante, como si fuera neón. Las llamas se hicieron imparables y las antorchas que ellos poseian, su llama se hizo tan grande que era incapaz de tenerla en mano, soltando cada una de ellas. Esas mismas llamas crearon un muro de fuego alrededor de ellos. Sin salida, las personas simplemente se rindieron, algunos gritaban mientras corrian de un lado a otro sin escapatoria.

GOD OF INFINITY "MADRE GAIA" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora