Capitulo 3

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Los tres hombres, notando la presencia de Anastasia, abandonaron sus conversaciones para dirigir su atención a esta nueva incorporación.

Un silencio tenso se apoderó del lugar.

Lord Bael, con una sonrisa enigmática que apenas esbozaba sus labios, se adelantó para iniciar la conversación. Sus palabras resonaron con una autoridad inquietante en el recinto.

"Querida hija, acabamos de llegar, así que no te preocupes. Nos llena de alegría verte aquí en este momento"

afirmó con una leve sonrisa que, a pesar de ser tenue, no lograba ocultar completamente una sutil pero palpable sombra de satisfacción que se reflejaba en su rostro. Había un aire de serenidad en su tono, un tono que evidenciaba tanto orgullo como amor. Luego, con una pausa para recoger sus pensamientos y elegir sus palabras cuidadosamente, continuó con su declaración.

“De hecho, nosotros somos los que decidimos llegar más temprano de lo acordado. Creímos que sería una buena idea llegar antes, para poder disfrutar de más tiempo juntos. Sabíamos que te alegraría ver que ya estábamos aquí, y no queríamos que te preocuparas, ni por un momento."

respondió Anastasia con una sonrisa llena de gratitud.

"Gracias, padre, por tu consideración"

Después de expresar su agradecimiento, su tono cambió ligeramente, marcando la transición a una pregunta que había estado rondando por su mente desde que llego.

"Pero ¿quién es el nuevo invitado?"

Anastasia, tras realizar su consulta, no perdió ni un ápice de su compostura mientras dirigía su penetrante mirada hacia el desconocido.

Notó al instante un aura inusualmente fuerte que emanaba de él, un poder que superaba con creces a cualquier otro que hubiera sentido antes. El aire alrededor de este recién llegado parecía vibrar con la intensidad de su presencia, como si la misma atmósfera estuviera luchando para contener su inmenso poder.

El desconocido era un hombre de aspecto formidable, de presencia imponente y ojos morados que brillaban con una intensidad casi deslumbrante. Su apariencia era tan majestuosa como intimidante, y aunque su rostro permanecía en calma, había algo en su expresión que sugería un poder y una autoridad inconmensurables. Se mantenía de pie con una gracia natural, como si la misma tierra bajo sus pies reconociera su dominio.

A medida que Anastasia continuaba observándolo, notó que el aura que lo rodeaba era distinta de cualquiera otra aura demoniaca que hubiera sentido antes. Era más densa, más cruda, como si estuviera llena de una energía bruta y primordial que parecía pertenecer a los albores del tiempo. Sentía como si estuviera frente a una antigua y poderosa bestia, una entidad que había existido mucho antes que la humanidad.

A medida que su mente procesaba rápidamente estas observaciones, Anastasia no pudo evitar sentir un escalofrío de reconocimiento. Había oído hablar de seres como este, criaturas de leyendas antiguas y mitos olvidados. Eran seres de un poder inimaginable, cuya mera existencia desafiaba la comprensión humana. Eran los demonios originales, las primeras entidades demoníacas que alguna vez habían existido.

Fue entonces cuando la realización golpeó a Anastasia como un rayo. El aura, la presencia, el poder inmenso, la apariencia que distinguía al clan bael; todo apuntaba a una conclusión. Este desconocido no era otro que el Demonio Original Bael, y por ende su ancestro. La sorpresa inicial de Anastasia pronto dio paso a un respeto profundo y silencioso. Aunque la idea era casi inverosímil, no había otra explicación que encajara mejor con lo que estaba experimentando. Al final, no le quedó más remedio que aceptar la realidad de la situación. Estaba en presencia de uno de los 72 demonismos originales, una de las más antiguas y poderosas entidades en el infierno.

la heredera baelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora